Centroamérica encara la Cumbre de jefes de Estado del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) que tendrá lugar el martes y miércoles en Panamá con la situación de Honduras como tema protagonista, en la que será la primera reunión de mandatarios de la región en doce meses.
Aún sin confirmación sobre la presencia del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien no ha reconocido aún el Gobierno hondureño de Porfirio Lobo, los jefes de Estado trabajarán para dar un paso que permita a Honduras normalizar su situación en el ámbito regional y mandar un mensaje a la comunidad internacional en ese sentido.
«Estamos trabajando en eso», indicó recientemente el vicepresidente y canciller panameño, Juan Carlos Varela, con relación al encuentro, cuyos trabajos preparatorios comenzarán mañana con la reunión de cancilleres.
El 29 de junio del año pasado, al día siguiente del golpe de Estado contra Manuel Zelaya, el SICA acordó varias medidas para «aislar» a Honduras en una reunión de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Managua en la que se decidió la retirada de embajadores y la suspensión de todo contacto con Tegucigalpa.
Tras la asunción de Lobo como presidente del país, el pasado 27 de enero, todos los países de la región salvo Nicaragua, decidieron reconocer y abogar por la normalización de las relaciones con ese Gobierno tanto en el SICA como en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde Honduras permanece suspendido.
«Si ya en la cumbre del SICA se normaliza todo acá, siento que es un paso positivo que permitirá un camino de reincorporación de Honduras a la OEA», dijo Varela, sin esconder que aunque Nicaragua ha sido «respetuoso» con la posición de los países de la región la normalización no puede producirse sin el acuerdo de Managua.
Más allá de la cuestión hondureña, Panamá será el escenario de la recuperación del funcionamiento normal del organismo, que en el segundo semestre del año pasado y con Presidencia de Costa Rica no pudo realizar la habitual Cumbre de jefes de Estado.
La cancillería costarricense justificó la suspensión de la reunión en «complejidades» que no precisó, pero que coincidieron con la crisis hondureña, la decisión de Panamá de retirarse del Parlamento Centroamericano y roces entre San José y Managua.
En la reunión de Panamá también se abordará la seguridad regional, las implicaciones de la ley de inmigración aprobada en el Estado de Arizona (EE.UU.), y el acuerdo de asociación comercial entre SICA y la Unión Europea (UE), firmado en mayo pasado.
Los jefes de Estado de la región tendrán, además, la oportunidad de buscar alternativas a sus golpeadas economías y los problemas de inseguridad que viven con las reuniones que sostendrán con el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, y el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, invitados a esta Cumbre.
A la cumbre también asistirá el vicepresidente tercero del Gobierno español, Manuel Chaves, ya que España es país observador del SICA, como parte de una agenda que contempla la inauguración del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá, en un acto en el que también estará presente Berlusconi.
En la agenda se ha abierto un espacio para sostener conversaciones en forma conjunta con los dignatarios invitados y, en el caso del presidente Lee, también de manera bilateral.
Según el canciller panameño, el día 29 habrá una ronda de diálogo con el mandatario surcoreano sobre cooperación comercial y económica, y las posibles inversiones de este país asiático, tanto en el ámbito gubernamental como de la empresa privada, en proyectos tecnológicos, mineros, hidroeléctricos y de construcción.
Al día siguiente, se producirá la reunión política SICA-Italia con el primer ministro italiano, en un encuentro en el que se hablará sobre el fortalecimiento del diálogo en materia de seguridad, la cooperación económica, comercial y financiera, y la incorporación de Italia al Banco Centroamericano de Integración (BCIE).
Precisó que Centroamérica está en el medio de los países productores de la droga y de los que la consumen, lo que ha traído muchos problemas y luto a la región, por lo que es necesario liderar una lucha frontal contra el crimen organizado antes de que sea tarde.