España está en mi corazón, agradezco mucho este pasaporte, que es muy importante para mí, dijo el escritor y diplomático chilena Jorge Edwards al recibir hoy, en Santiago. el documento que le acredita como ciudadano español.
«Éste es un homenaje a un gran escritor, observador de cuanto le rodea y comentarista ameno y atinado», destacó por su parte el embajador de España en Chile, Juan Manuel Cabrera, al elogiar la obra literaria y los artículos de opinión del autor de «El origen del mundo».
A Jorge Edwards (Santiago de Chile, 1931) el Rey Juan Carlos le concedió el pasado 12 de marzo la nacionalidad española «por los muchos vínculos literarios y afectivos que le unen a España, incluido el Premio Cervantes (en 1999) y las muchas vivencias compartidas tras sus tantas estancias, ya habituales, en España», recordó Cabrera.
Edwards, uno de los más destacados escritores latinoamericanos en la actualidad, fue designado recientemente como embajador de Chile en Francia, un país en el que residió hace cuarenta años, cuando era secretario personal del poeta Pablo Neruda, quien también fue embajador en ese país.
«Esta nacionalidad añadida no es ni será óbice para que se siga sintiendo profundamente chileno y por supuesto sepa representar a Chile en esta nueva tarea que le ha sido asignada», señaló el embajador de España, quien destacó que este país «se enorgullece de acogerle en su seno tras una larga historia de complicidad mutua».
«Este pasaporte es mucho más que un documento burocrático», porque representa «el amor y el reconocimiento que España tiene depositados» en Jorge Edwards, dijo.
Durante el acto celebrado la noche de este jueves en la residencia de la Embajada de España en Chile, Edwards recordó que su admiración por la literatura hispana arrancó cuando, a los quince comenzó, a leer en el Colegio de San Ignacio a Azorín y luego a Miguel de Unamuno, intelectual profundamente critico con los jesuitas, de quien el novelista chileno se declaró «un admirador apasionado, casi fanático».
Precisamente dos figuras tan antitéticas como Unamuno y el sacerdote jesuita Alberto Hurtado, profesor de Edwards y quien en 2005 se convirtió en el primer santo chileno, fueron las dos referencias fundamentales en la formación del joven Edwards, confesó el escritor.
«Miguel de Unamuno me enseñó esa cosa tan española que ha sido la libertad intelectual, la discrepancia, la disidencia, y Alberto Hurtado (considerado en Chile el patrono del sindicalismo) me enseñó a mirar el lado miserable de la vida chilena de mi tiempo», relató el autor de «Persona non grata».
En su improvisado discurso, Edwards también repasó sus vínculos con España, contó varios chistes y relató anécdotas vividas con los ex presidentes del Gobierno Adolfo Suárez y Felipe González, y el Rey Juan Carlos, con quien mantiene «una relación muy amistosa y respetuosa».