Uno de los primeros cubanos excarcelados que llegaron a Madrid el mes pasado y que quiere permanecer en esta ciudad, Julio César Gálvez, ha denunciado a Europa Press que «nadie» le presenta una «alternativa» y que desde el 22 de julio ningún representante del Gobierno español se ha puesto en contacto con él.
Gálvez se encuentra alojado desde el 13 de julio en el hostal Welcome de Vallecas, un emplazamiento donde el Ejecutivo español tenía previsto tenerlo alojado sólo un par de días hasta que Cruz Roja, la ONG que se ocuparía de su acogida, le trasladara a un centro de los que tiene repartidos por la geografía española, en función de la disponibilidad de plazas de estas instalaciones donde se acoge a inmigrantes o solicitantes de asilo.
Pero Gálvez, como al menos una decena de sus compañeros, se niega a abandonar Madrid porque prefiere permanecer cerca de compatriotas que están en la misma situación que él en lugar de compartir alojamiento con otra familia a la que no conoce.
«Yo voy a permanecer en Madrid», afirma tajante, y reconoce que Cruz Roja le ha ofrecido trasladarse con su familia a centros de acogida en Alicante y Barcelona. «Sin embargo, no me dan una respuesta cuando digo que me quiero quedar en Madrid», añade.
Para Gálvez resulta «contradictorio» que después de haber pasado más de siete años en prisión en España le «traten de imponer una solución» que no acepta y ve una cierta «descoordinación» entre el Ejecutivo español y las ONG que, por un convenio con el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, gestionan su acogida.
Este ex preso político afirma que el jefe de gabinete del ministro Miguel Angel Moratinos, Agustín Santos, les comunicó a él y a otro compañero suyo, Ricardo González, que estaban en su derecho a residir en Madrid, por lo que no entiende que Cruz Roja insista en trasladarles a otra ciudad. «Corresponde a las autoridades españoles reubicarnos en Madrid», asegura.
Gálvez ha iniciado los trámites en el Ministerio del Interior para obtener el estatuto jurídico de asilado político, a pesar de que el Gobierno les ha recomendado que se acojan al de la protección subsidiaria, ya que esta segunda opción no les cierra la puerta a regresar a Cuba, aunque tendrían que pedir autorización a las autoridades de la isla.
Sin embargo, este disidente cubano subraya que su visado de salida hacia España, como el de su familia, dice claramente que se trata de una «salida definitiva», por lo que no confía en que pueda volver a Cuba si no es para volver a la cárcel, ya que la sentencia que le condenó tampoco ha sido anulada formalmente.
Asegura además que con el estatuto de refugiado político sí podrá hacer declaraciones políticas en contra del régimen castrista. Lo que no tendrá permitido es organizar desde España ninguna acción violenta contra cualquier funcionario cubano o contra el Gobierno castrista.
Gálvez dispone desde el viernes pasado de un documento oficial que le reconoce como posible refugiado e inmigrante válido hasta el 10 de octubre, fecha en la que espera que el Gobierno español determine definitivamente su estatuto jurídico.