La ley brasileña contra la violencia de género, comúnmente llamada María da Penha, cumple esta semana cuatro años en los que ha tenido efectos positivos en la lucha contra este delito, dijeron hoy fuentes oficiales.
La socióloga Lourdes María Bandeira, subsecretaria de Planeamiento y Gestión Interna de la Secretaría de Políticas para las Mujeres (SPM), considera que la ley tuvo el «efecto práctico y simbólico» de dar «visibilidad» a la violencia de género, en declaraciones que publica hoy la oficial Agencia Brasil.
La ley que protege a las mujeres, sancionada el 7 de agosto de 2006, toma su nombre de María da Penha Maia Fernandes, una mujer víctima de agresión machista que quedó parapléjica por un balazo que le propinó su marido mientras dormía.
El agresor intentó encubrir el crimen con la versión de que su esposa había sido víctima de un asalto y tiroteada por un delincuente.
Desde 2006 la ley establece una serie de pautas para la protección de las mujeres víctimas de violencia, mientras que para los agresores prevé condenas de cárcel en vez de las multas con las que se castigaban anteriormente este tipo de ataques, lo que no siempre se cumple.
Según la asesora del Centro Feminista de Estudios y Asesoría (Cfemea), Myllena Calasans de Matos, un ejemplo de la ley no cumplida es el de Eliza Samudio, ex amante del guardameta Bruno, del club Flamengo, que denunció el año pasado agresiones del futbolista, pese a lo cual no recibió protección.
Samudio está desaparecida desde junio pasado y la policía considera que fue asesinada, aunque su cadáver no ha sido encontrado.
Un informe publicado esta semana por la Secretaría de Políticas para las Mujeres afirma que en el primer semestre de este año se registraron 343.063 llamadas al número habilitado para recibir denuncias de violencia de género, lo que supone un aumento del 112 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2009.
La mayoría de las mujeres que se pusieron en contacto con el servicio tienen entre 25 y 50 años (67,3%) con un nivel básico de escolaridad (48,3%) y declararon estar conviviendo con su agresor (72,1%), según el informe.
El perfil de los agresores muestra que la mayoría tiene entre 20 y 45 años (73,4%) y un nivel básico de educación (55,3%).
En la mitad de los casos la víctima afirma correr riesgo de muerte y un 57 por ciento sufre violencia a diario.
La SPM aclaró que el aumento de las denuncias no refleja un incremento de la violencia de género sino una mayor concienciación de la utilidad de los mecanismos de protección de la ley María da Penha.
Sin embargo, la cultura machista sigue siendo un factor clave, y a pesar de los avances, muchas mujeres «no tienen autonomía emocional y afectiva» y todavía falta «igualdad en el espacio doméstico», explicó Bandeira.