Las fuerzas de seguridad francesas han desmantelado en las últimas dos semanas más de 40 campamentos ilegales de gitanos, según informó el ministro del Interior galo, Brice Hortefeux.
Durante una rueda de prensa en una comisaría de Montluc, en el oeste de Francia, Hortefeux anunció que, como consecuencia de estas evacuaciones, alrededor de 700 personas «serán trasladadas a sus países de origen» –Rumanía y Bulgaria– en el marco de la estrategia del Gobierno de Nicolas Sarkozy contra la inmigración.
El ministro del Interior subrayó que las repatriaciones serían coordinadas con el titular de Inmigración, Eric Besson. En aras precisamente de la «cooperación», la próxima semana Hortefeux se reunirá en París con miembros del Gobierno rumano, al tiempo que confía en que miembros de las fuerzas de seguridad de Rumanía colaboren con los efectivos galos en su «misión», según recogen los medios de comunicación franceses.
El último desmantelamiento de un campamento tuvo lugar este jueves por la mañana junto a la autopista A86 a su paso por Choisy-le-Roi, en el departamento del Valle del Marne, ubicado en la región central de Isla de Francia.
Sarkozy decidió emprender medidas de este tipo después de la violencia registrada a mediados de julio tras la muerte de un gitano en Saint-Aignan. Poco después, Hortefeux anunció que estas eliminaciones de campamentos afectarían a un total de 300 asentamientos ilegales durante un periodo de tres meses. Durante el año pasado, unos 10.000 gitanos fueron expulsados de Francia.