El ministro brasileño de Justicia, Luiz Paulo Barreto, criticó hoy las políticas de extranjería aprobadas recientemente por EE.UU. y algunos países europeos y demandó una legislación migratoria más «transparente» que «respete los derechos humanos».
En una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, el ministro dijo que «Brasil no se siente feliz» con la aprobación de medidas restrictivas que regulen la entrada y permanencia de extranjeros en los países occidentales.
Recordó que los flujos migratorios «dependen de causas económicas» y se preguntó por qué en un mundo globalizado hay circulación de bienes y no de personas.
Barreto dijo que los fenómenos migratorios se basan en la búsqueda de «oportunidades» y aseguró que el endurecimiento de las leyes contribuye a la aparición de mafias.
Además dijo que la ONU ha pedido que se elimine la «hipocresía» en las leyes de extranjería y aseguró que muchas veces en las operaciones contra bandas dedicadas al tráfico de personas se detiene a los inmigrantes pero no se logra desarticular la mafia.
Según el ministro, Brasil pide la aprobación de «leyes más claras» con más «transparencia» y defendió un marco legal en sintonía «con los derechos humanos» debido a que se trata «de la vida de un ciudadano».
«Ahora tenemos que empezar poniendo ejemplo en nuestra casa», dijo Barreto, quien abogó por el uso de procesos «administrativos» o como «máximo civiles» para los inmigrantes y descartó la aplicación del código penal para los ciudadanos de otras nacionalidades que no hayan cometido algún delito.
El mes pasado entró en vigor, parcialmente, una polémica ley migratoria en el estado estadounidense de Arizona que ha sido ampliamente criticada por organizaciones de derechos humanos y varios Gobiernos de América Latina por considerar que criminaliza a los inmigrantes indocumentados.
Se calcula que en EE.UU. viven unos 12 millones de indocumentados, entre 400.000 y 530.000 de ellos en Arizona.