La Sala Penal Nacional de Perú, que ve delitos de terrorismo, revocó hoy la libertad condicional otorgada a la ciudadana estadounidense Lori Berenson el pasado mayo y ordenó su inmediata captura e internamiento en un centro penitenciario.
Así lo informó Luis Marill, viceministro de Justicia del país, en declaraciones al Canal N de noticias, quien explicó que la juez que otorgó ese beneficio no había realizado el cómputo del tiempo en la cárcel para alcanzar ese beneficio (tres cuartas partes de la pena).
Además, la Sala Penal también tomó en cuenta que Berenson no señaló en su debido momento el cambio de domicilio en el que finalmente estaba cumpliendo la libertad condicional.
Marill explicó que la sala deberá realizar el trámite pertinente, a través de la policía nacional, para la captura e internamiento de Berenson «que se debería producir en las próximas horas».
El viceministro destacó el trabajo realizado por el procurador del Estado para el terrorismo, Julio Galindo, al exponer los argumentos por los cuales la ciudadana estadounidense debía volver a prisión.
En ese sentido, Marill añadió que la jueza que otorgó la libertad condicional de Berenson, Jessica León, tendrá que pronunciarse nuevamente, tras la nulidad aprobada, y mientras tanto la procesada va a tener que estar recluida en un centro penitenciario, probablemente en la cárcel de mujeres de Chorrillos, donde estuvo hasta su liberación hace tres meses.
Según explicó el procurador el pasado viernes, uno de los errores de forma de la jueza había sido conceder el beneficio de las tres cuartas partes de la pena y otorgar, además, una reducción de la condena por estudio o trabajo.
De seguirse la lógica del procurador, Berenson deberá cumplir al menos en su totalidad las tres cuartas partes, cosa que sucederá el próximo mes de noviembre.
El pasado lunes, cuando la Sala Penal Nacional evaluó el pedido de la procuraduría, Berenson pidió perdón públicamente por haber colaborado con el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), en un intento de toma del Congreso peruano en 1995.
«Si mi participación contribuyó a la violencia en la sociedad, lo lamento profundamente y me arrepiento de ello. Si he hecho un daño al país, lo lamento y me arrepiento de ello. A las personas que se hayan podido sentir afectadas por mis palabras o mis actos, les pido perdón», recalcó Berenson ante el juez.
La estadounidense dijo comprender «que existe un rechazo» en la sociedad peruana hacia su persona, pero insistió: «Yo no soy un peligro para nadie», para contradecir de nuevo al Procurador especial que así lo sostuvo.
«Soy una mujer de 40 años, tengo una familia (sus padres) que ha sacrificado todo por mí y quisiera retribuirles; tengo un hijo al que tengo que criar y tengo que vivir con él», recordó, en alusión al hijo de un año nacido durante su reclusión.
El Procurador hizo oídos sordos a sus argumentos y volvió a subrayar que Berenson es un «peligro» para la sociedad apoyándose en ciertos informes de la inteligencia contraterrorista que, sin embargo, se negó a comunicar por ser secretos.