El alcalde de Lleida, Àngel Ros, ha insistido, en declaraciones a RNE recogidas por Europa Press, en que el burka «discrimina» a la mujer e insta a «hacer pedagogía» dando señales claras de cómo debe ser la integración en España.
En este sentido, ha advertido de que no quieren que «una prenda de estas características se extienda». Para ello, con esta nueva ordenanza, los responsables de los accesos a los espacios públicos tendrán que prohibir la entrada a quienes porten este tipo de vestimenta, «contando con los servicios de la Guardia Urbana en el caso de ser necesarios».
Ros ha recordado que la pena máxima es de 600 euros, que se aplicarán a casos reincidentes, y ha reconocido que «los riesgos de que esas mujeres se aíslen aún más están presentes». Sin embargo, ha señalado que «hay criterios, como las libertades individuales, que están por encima de otros».
Asimismo, ha concluido que «la única asociación que ha recurrido el recurso es el grupo más minoritario que existe dentro de la comunidad islámica del municipio».