Un sargento de la Armada rescató «uno a uno» y a nado, a los 33 inmigrantes de Alborán, incluído el recién nacido

El sargento primero de la Armada Carlos Trujillo García se lanzó este domingo al agua amarrado a un cable guía para intentar alcanzar la patera varada en un rompiente en aguas de Alborán, en la que viajaban 33 inmigrantes entre los que se encontraba un bebé alumbrado durante la travesía. «Uno a uno», con el apoyo de los once hombres del destacamento de la Isla de Alborán, salvó la vida a todas estas personas.

En declaraciones a Europa Press ha explicado que todo fue «de una forma improvisada» porque la patera «embarrancó y la embarcación de Salvamento Marítimo no podía acceder». «Tuvimos que decidir una opción y ante la desesperación de esas personas gritando, no pudimos más que improvisar, con riesgo para mis hombres, que acabaron magullados y con hipotermia», señala.

Según apunta, todo el destacamento participó en el rescate, aún a pesar de que no disponen de medios para ello. «Nosotros no tenemos para hacer una evacuación de rescate: Me até a un cabo, les dije –a los compañeros– que tirasen bien fuerte y hasta que dió», explica el sargento primero, quien reconoce que fue «una temeridad, porque no hay ni equipo ni nada», pero no había alternativa.

A partir de ese cabo, sujeto con fuerza por sus compañeros de destacamento, consiguió abrir una vía de escape para los náufragos. Durante más de dos horas, «en plena noche y con rompiente», Trujillo fue sacando de la barcaza a todos sus ocupantes. «Mis compañerops iban tirando de la cuerda y les ibamos sacando uno a uno», apostilla.

Dieron prioridad a los niños, por lo que el primero en salir en sus brazos fue el bebé nacido durante la travesía. «Estaba recién nacida, el cordón umbilical aún caliente y la madre no se podía ni mover», recuerda.

Trujillo dice que será difícil de olvidar la imagen de aquellas personas. «Estaban en plena desesperación, asustados, con hipotermia, y con esa señora que estaba recién parida», indica el sargento, quien señala que la patera se quedó sin combustible, de modo que la marea «les fue metiendo en el barranco hasta que vieron imposible salir de ahí».

Asimismo, reconoce que la imagen de aquellas 33 personas varadas en el mar aún tiene «conmocionados» a los once hombres que componen el Destacamento de la Isla de Alborán, entre el oficial, el suboficial, el cabo, los marineros y los infantes, aunque pesa más la «satisfacción plena» que han sentido al conocer que 24 horas después, se encontraban todos en buen estado.

La Isla de Alborán, situada a 50 millas al sur de Almería, es una reserva marina y de pesca custodiada permanentemente por un destacamento de la Armada Española compuesto por un grupo marinos entre los que se encuentran cuatro infantes de marina.

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