Los inmigrantes empadronados en la Comunidad de Madrid han descendido por primera vez en diez años en 15.521 personas, con lo que la cifra total de extranjeros que residen en la región de forma legal ha quedado en 1.103.470 personas, según el Informe de Población Extranjera Empadronada en la Comunidad de Madrid a 1 de enero de 2011.
El documento, realizado por el Observatorio de Inmigración-Centro de Estudios y Datos, y que ha presentado este sábado la consejera de Empleo, Mujer e Inmigración del Gobierno regional, Paloma Adrados, recoge los datos del padrón de los 179 municipios de la Comunidad de Madrid.
Así, los datos concluyen que se ha producido «un descenso interanual en el número de extranjeros empadronados» en la Comunidad, pasando de los 1.118.991 que había el 1 de enero de 2010 a los 1.103.470 inmigrantes que había a principios de este año, y que suponía el 16,8 por ciento de la población de la región.
De hecho, durante los primeros seis meses del año pasado ya se habían marchado de la Comunidad de Madrid más de 2.700 inmigrantes, según el documento.
NACIONALIDADES
Por nacionalidades, destaca la rumana, con 222.528 ciudadanos en la región (20,1 por ciento del total de inmigrantes), seguida por la ecuatoriana, con 116.629 personas.
Le siguen los marroquíes (91.022 personas), los colombianos (68.915 personas), los peruanos (59.844 personas), los bolivianos (48.411 personas), los chinos (45.710 personas), los dominicanos (35.392 personas), los búlgaros (33.539 personas), y los paraguayos (31.649 personas). En menor número, la Comunidad cuenta con residentes de otras nacionalidades como italianos, polacos, brasileños y ucranios.
Según los datos que arroja el estudio, la población ecuatoriana es la que presenta un mayor descenso en el número de inmigrantes (-11.857 personas), seguida de la boliviana (-4.234 personas), la colombiana (-4.098 personas), la peruana (-3.863 personas) y la brasileña (-3.083 personas).
MENORES DE 32 AÑOS
Por otra parte, el informe también aporta datos demográficos sobre la población extranjera que reside en la Comunidad de Madrid. Así, el inmigrante medio tiene una edad de 31,9 años, y la mayor parte (74,7 por ciento) está entre los 20 y los 54 años.
Más de la mitad de los extranjeros son mujeres (50,1 por ciento), frente al 49,9 por ciento de hombres, y hasta el 42,6 por ciento procede de América –35,7 por ciento de América del Sur, 5,4 por ciento de Centro América y Caribe, y 1,5 por ciento de Norteamérica–. Por su parte, el 38,3 por ciento es de origen europeo, un 12 por ciento proviene de Africa y el 7 por ciento restante es asiático.
En cuanto a los lugares de asentamiento, el 50,5 por ciento de los extranjeros reside en la capital –lo mismo que los españoles de otras regiones–, mientras el 36,7 por ciento se ha decantado por la corona metropolitana y el 12,8 por ciento restante ha escogido como lugar de residencia otros pueblos.
Así, tras los 557.181 inmigrantes que viven en la ciudad de Madrid se cuentan los 44.906 de Alcalá de Henares, los 32.562 de Parla y los 32.323 de Fuenlabrada.
LEY DE EXTRANJERIA
Durante la presentación del informe, Adrados ha señalado que «una de las causas principales del descenso de la población inmigrante empadronada es «la profunda crisis económica» y la «falta de expectativas laborales» que la acompaña.
Sin embargo, «también hay decenas de miles de extranjeros en paro que deciden quedarse y no pueden renovar sus autorizaciones de trabajo y de residencia, incurriendo en irregularidad sobrevenida», ha añadido la consejera.
En este sentido, ha explicado que «el Borrador del Reglamento de Extranjería no ha supuesto una gran novedad en la gestión de las renovaciones de autorizaciones y, por lo tanto, no va a solucionar el problema», y ha asegurado que «el 81 por ciento de los inmigrantes comparte» esta opinión.
Así, ha recordado la Comunidad de Madrid ha presentado «diversas enmiendas para mejorar el texto del Borrador», tales como la «eliminación de las limitaciones de territorio y sector para facilitar la movilidad de los trabajadores extranjeros por toda España y que los inmigrantes que retornen voluntariamente a su país no pierdan el permiso de trabajo, con el fin de facilitar su regreso a España tras pasar la crisis económica».