Al menos un centenar de agentes de la Policía del estado de Nuevo León serán cesados antes del 30 de septiembre, según ha confirmado este domingo el portavoz de la seguridad de esta región, Jorge Domene Zambrano.
De esta manera, las autoridades de Nuevo León prosiguen tomando medidas para el refuerzo de la seguridad en el estado tras el atentado registrado el pasado 25 de agosto contra el casino Royale de Monterrey donde 53 personas perdieron la vida.
Todos aquellos policías que no superen las pruebas de control de confianza serán cesados de sus puestos. Por el momento, 450 agentes estatales están a la espera de gozar de la aprobación oficial.
Zambrano ha explicado que, después de la primera «depuración», sólo quedaron 1.090 agentes, cuando casi 2.230 han llegado a engrosar las filas policiales de Nuevo León.
No obstante, al término de este nuevo proceso de depuración, otros 700 policías han sido declarados no aptos para ejercer la profesión, según ha informado el diario mexicano ‘El Universal’.
Entre los policías cesados se encuentra Miguel Angel Barraza Escamilla, quien confesó haber participado en el ataque contra el casino de Monterrey como chofer del líder del comando.