Había un coche aparcado pero no dije nada porque pensé que no iba a estar ahí
La Guardia Civil ha localizado este miércoles 16 de noviembre de 2011 por la mañana en una cantera de piedra abandonada de Collado Mediano el cuerpo sin vida de la adolescente de 17 años desaparecida el viernes en Collado Villalba (Madrid).
Los agentes han localizado el cadáver después de interrogar hoy a un hombre detenido por su relación con la desaparición de la adolescente, que se ha autoinculpado de la muerte de la joven y los ha guiado hasta el lugar donde han sido encontrados sus restos.
Los padres de la menor, Mario y Carolina, la vieron por última vez el viernes por la noche en la puerta del local de su propiedad.
La joven salió del bar para atender una llamada telefónica y desde entonces no han tenido noticias suyas a pesar de haberla buscado por el municipio donde residen, Collado Villalba, y alrededores.
La Guardia Civil ha detenido este miércoles a un varón relacionado con la menor desaparecida en Collado Villalba, según han informado a Europa Press fuentes de la Benemérita, que han señalado que se sigue buscando a la joven por el municipio y los alrededores.
Los familiares de Avellaneda, que es como se llama la desaparecida, han indicado que en el día de hoy no habían recibido todavía ningún tipo de información ni ninguna llamada de los agentes que llevan el caso, sobre posibles pistas o posible localización de la adolescente.
Los padres de la menor, Mario y Carolina, la vieron por última vez el viernes por la noche en la puerta del local de su propiedad.
La joven salió del bar para atender una llamada telefónica y desde entonces no han tenido noticias suyas a pesar de haberla buscado por el municipio donde residen, Collado Villalba, y alrededores.
«Mal y extrañada»
En declaraciones a Europa Press Televisión, Carolina, madre de la desaparecida, ha explicado que se encuentra «mal y extrañada» por todo lo que está pasando.
Su hija le estaba ayudando en el negocio familiar cuando recibió una llamada al móvil y salió del recinto para atenderla.
Nadie la vio en ese momento y nadie la ha vuelto a ver.
«Había un coche aparcado pero no dije nada porque pensé que no iba a estar ahí. No quise avisar a mi marido pero al final vio que estaba rara y me preguntó qué me pasaba. Le dije que Avellaneda no aparecía; nos tocó cerrar e irnos. Volvimos a la casa, al bar y tocó ir a la Guardia Civil a poner la denuncia»