El aspecto absolutamente «amoroso» que tenía Loretta Burroughs, una abuela de 63 años de Nueva Jersey, hacía impensable que hubiera hecho daño a alguien alguna vez en su vida. Pero las apariencias engañan….
Y es que, según da cuenta ‘Mirror‘, la buena señora acaba de ser declarada culpable de matar a su marido a cuchilladas, de haber cortado luego su cadáver en pedazos y de esconder su cabeza en un bolso de mano, que después ha ido trasladando de un lado a otro durante seis años como si tal cosa.
DIJO QUE SE HABÍA FUGADO
Burroughs fingió que su marido Daniel había escapado a Florida con una mujer más joven que ella.
Sin embargo, el asesinato que perpetró en el año 2007, finalmente ha sido descubierto después de que el hermano de su esposo denunciara ante la policía su desaparición a lo que se sumó la investigación que se abrió sobre varios casos de fraude que había cometido ella.
En el momento en el que los policías fueron a la casa de la sospechosa y se identificaron, supieron que era culpable.
«Se vino abajo. Perdió el color por completo en la cara, retorcía las manos… estaba muy nerviosa»,
ha declarado uno de los policías.
Más tarde vino el registro de la casa: encontraron dos grandes cajas envueltas con bolsas de basura y que estaban en la habitación de invitados.
Cuando empezaron a abrirlas, un olor de cuerpo en desposición empezó a impregnar la habitación. En el interior estaban los restos de Daniel.
EN AMBIENTADOR
Según el patólogo forense que se encargó del caso, el doctor Charles Siebert F Jr, las distintas partes del cuerpo estaban envueltas en ambientadores, perlas perfumadas para disimular el mal olor. En otro lado, en un bolso de mujer, estaba la cabeza.