MONTAN GUARDIA EN LAS PISCINAS DE SU PAÍS, ANTE LAS NUMEROSAS VIOLACIONES

Las suecas en bikini que acojonan a los refugiados salidos: ¡Batallón Antisobón!

El objetivo es demostrarles que las chicas que se bañan "no son platos de buffet con los que puedan deleitar sus perversos hábitos"

Las suecas en bikini que acojonan a los refugiados salidos: ¡Batallón Antisobón!
El escuadrón de mujeres suecas TV

Patrullan en traje de baño ojo avizor, son de armas tomar y no dudan a la hora de acabar con los desmanes sexuales de los refugiados afganos, somalíes, iraquíes y sirios que acuden con aviesas intenciones a las piscinas públicas de Suecia, donde el índice de violaciones se ha disparado de forma alarmante. Es un grupo de mujeres suecas que es conocido como el ‘Batallón Antisobón’.

Desde 2015, cuando aproximadamente 163.000 solicitantes de asilo llegaron al país escandinavo, el principal problema lo representan los llamados ‘niños refugiados sin acompañante’, de los cuales el 93 por ciento son varones y afirman tener entre 16 y 17 años. Y es que, para evitar que estén completamente ociosos, muchos municipios les dan entrada gratuita a las piscinas públicas. Desde entonces, el número de violaciones se ha doblado.

Según se hizo eco ‘Daily Mail‘,

«el objetivo es demostrarles que las chicas que se bañan no son platos de buffet con los que puedan deleitar sus perversos hábitos».

Siri Bernhardsson, una joven asistente social, es la líder de ésta especial patrulla. Ella explica ante los medios, que no son pocas las mujeres que les han escrito detallando el horror de los asaltos sufridos por inmigrantes.

Actualmente, la Policía conoce sobre éstos incidentes, y sabe a ciencia cierta que el número de estos asaltos sexuales a mujeres europeas asciende a cifras muy altas. Muchos de ellos pasan sin pena ni gloria, pues las mujeres víctimas de ellos no dan aviso ante el temor de posibles represalias por parte de los violadores, cuando como viene siendo costumbre por los órganos de la Justicia, dejen a los agresores libres y sin cargos, siendo la mujer denunciante un fácil objetivo para éstos depredadores.

Al menos 34 centros centros de asilo han abierto sus puertas en Kalmar, Suecia, una ciudad de tan sólo 36.000, en la cuál se esperan 6.000 nuevas llegadas, y se esperan aún más debido a la masiva ola de inmigración que prevé golpeará Europa en éste 2016.

SIN DUCHARSE

En Estocolmo, la piscina Husbybadet, en el barrio periférico de Husby, fue la primera piscina pública que tuvo problemas. En 2007, se informó de que el ayuntamiento había tenido que construir una depuradora de aguas aparte, que costó millones de coronas. El motivo eran los niveles de nitrógeno inusualmente altos en el agua, porque muchos jóvenes insistían en bañarse con la ropa interior sucia. El director de propiedades municipales dijo al diario localDagens Nyheter:

«El nitrógeno es comida para las bacterias, y un nivel alto de nitrógeno produce mal olor en el ambiente y suciedad en el agua. El nitrógeno proviene de la orina y el sudor. Sencillamente, tenemos un problema con la gente que se deja la ropa interior sucia debajo del bañador. Y que después se mete en el jacuzzi a 38 grados. Es como si pusiésemos una colada de ropa interior en la lavadora y usásemos esa agua todo el tiempo. La gente debe ir en bañador, y no bañarse con su ropa normal.»

Uno de los primeros incidentes reportados sucedió en 2005, cuando violaron a una chica de 17 años en Husbybadet, en Estocolmo. El violador, de 16 años, empezó a manosearla en un jacuzzi, y cuando la chica se cambió a otra sala con chorros de agua, él y su amigo la siguieron. La llevaron a un rincón, y mientras el amigo la sujetaba, el chico de 16 años le arrancó el bikini y la violó. Durante el juicio, se supo que unas treinta personas habían presenciado la agresión, pero los adolescentes siguieron con la violación como si nada.

El violador de 16 años fue sentenciado a pasar tres meses en un centro de detención de menores y su amigo fue absuelto. La víctima estaba gravemente traumatizada y tuvo que recibir tratamiento en un centro psiquiátrico, tras varios intentos de suicidio.

Desde entonces, prácticamente todas las piscinas públicas de Suecia se han convertido en lugares peligrosos, especialmente para las mujeres. Durante los dos primeros meses de este año, las denuncias de violaciones, agresiones y acosos sexuales han ido en rápida sucesión. Unos pocos ejemplos:

En Estocolmo, en la primera semana de enero, el centro nacional de natación de Suecia, Eriksdalsbadet, decidió separar a los hombres y a las mujeres en los jacuzzis. Se trata de una polémica decisión en Suecia, que se produjo después de que se denunciaran varios incidentes a la policía, sobre todo en noviembre y diciembre de 2015.

A la conservadora Anna König Jerlmyr, del Partido Moderado (Moderaterna), comisaria de la oposición en Estocolmo, no le pareció que separar a los hombres y a las mujeres fuese la manera correcta de tratar los problemas:

«Es totalmente inaceptable que una piscina pública actúe de esta manera. Esto equivale a rendirse ante al acoso sexual y a lanzar mensajes a favor de una visión de las mujeres que es completamente reprobable. Hubiera sido preferible contratar a más personas y prohibir el acceso a los agresores»,

dijo al diario Dagens Nyheter.

Olof Öhman, director de la Administración del Deporte en Estocolmo, dijo al periódico: «Hay problemas similares en todas las piscinas públicas de Estocolmo, aunque la mayoría de las quejas afectan a Eriksdalsbadet».

El 14 de enero, los responsables del parque acuático Rosenlundsbadet en Jönköpinganunciaron que iban a aumentar las medidas de seguridad. Según su director de operaciones, Gunnel Eriksson, la decisión se debió sobre todo a la conducta de un nuevo grupo de bañistas, los niños refugiados sin acompañante:

«Se puede distinguir, por cómo se comportan, que vienen de una cultura diferente, que hay un choque cultural. Vemos cómo reaccionan a la piel desnuda».

El 15 de enero, un periódico local, Kungälvsposten, publicó que dos chicas habían sido agredidas sexualmente en un ascensor en la piscina pública de Oasen, en Kungälv. Los dos sospechosos eran «niños refugiados sin acompañante». Jonas Arngården, responsable municipal de Asuntos Sociales, dijo al periódico:

«Esto demuestra que tenemos que trabajar más en los asuntos de igualdad e interacción con los recién llegados, en los colegios así como en los centros de asilo.»

El 25 de enero, el diario Expressen reveló que habían violado a una chica, en el ya tristemente conocido Eriksdalsbadet, a principios de mes. La policía aumentará su presencia en el centro y vigilará su interior con regularidad.

El 26 de enero, se informó de que recientemente una mujer y dos chicas habían sido víctimas de agresiones sexuales por parte de un grupo de jóvenes que no hablaban ni sueco ni inglés en la piscina de Storsjöbadet en Östersund. A pesar del incidente, no se expulsó a los jóvenes de las instalaciones, un descuido que después los trabajadores admitieron que había sido un error.

El 27 de enero, el ayuntamiento de Växjö anunció sus planes de contratar a un guardia de seguridad para vigilar la piscina pública local después de que dos niñas de 11 años fuesen agredidas sexualmente por un grupo de chicos. Las agredieron en una zona que no estaba a la vista de los socorristas. Mikael Linnander, padre de una de las niñas, declaró al diarioKvällsposten: «Siete u ocho tipos agredieron a las niñas. Dos de ellos las tocaron entre las piernas y les tocaron el pecho.»

El abuso no paró hasta que una mujer que nadaba con sus hijos regañó a los chicos. Tras el incidente, sacaron a los dos chicos de las piscinas, pero les permitieron quedarse en las instalaciones.

El 1 de febrero, los medios locales informaron de que al menos cinco chicas y mujeres habían sido sexualmente agredidas en una piscina pública de Vänesborg en las semanas anteriores. Las víctimas eran menores de 15 años y las mujeres rondaban la treintena. La policía dijo que no tenía sospechosos, pero declaró que el caso tenía prioridad alta.

El 25 de febrero, se reportó otro caso de agresión sexual en el centro de natación de Eriksdalsbadet en Estocolmo. El portavoz de la policía Johan Renberg declaró a Expressenque un grupo de chicas se vio rodeado de unos diez jóvenes que intentaban manosearlas.

Un empleado de la piscina vio lo que estaba pasando y llamó a la policía. Las chicas pudieron identificar a los jóvenes, de cuya etnia no informó el periódico. No se detuvo a los hombres, pero fueron posteriormente interrogados.

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