Kraigen Grooms, de 19 años, se declaró culpable de violar a una niña de dos años en abril de 2013, mientras otro hombre observaba y grababa el abuso sexual. Los investigadores llegaron a la conclusión de que el asalto fue premeditado y que antes de ser capturado, el joven había planeado un ataque similar a un niño de 3 años.
Cuando Grooms fue detenido en marzo de 2014 fue inicialmente acusado de abuso sexual en segundo grado, un delito con una pena máxima de 25 años de prisión. Se declaró culpable de participar en un acto lascivo con un niño, y el juez Gookin Myron decidió no pedir ninguna hora de prisión para él.
Grooms tendrá que pasar cinco años de libertad supervisada que se convertirán en diez años si rompe la libertad condicional, según la sentencia que se conoció el pasado lunes. Sin embargo, sí estará registrado como delincuente sexual por el resto de su vida. Según han informado las autoridades, el joven fue sometido a dos evaluaciones psicológicas durante los dos años que ha estado bajo custodia esperando a su juicio.
El polémico caso del joven de Iowa se suma al del estudiante de la universidad de Stanford, Brock Truner, que acaba de ser puesto en libertad tras cumplir los tres meses a los que fue condenado por violar a un mujer inconsciente detrás de un contenedor de basura, y al de James Wilkerson, un estudiante de la universidad de Colorado que cumplirá dos años de cárcel por violar a una mujer ebria.
