El presidente de México, Felipe Calderón, condenó este viernes el «acto de barbarie» que provocó la muerte de 19 personas y dejó heridas a otras cuatro en un centro de rehabilitación para drogodependientes en el estado de Chihuahua, en el norte del país.
Un grupo de unos 30 sicarios encapuchados que portaban rifles AK-47 asaltaron el centro Fe y Vida de la localidad de Chihuahua durante la noche del jueves y dispararon hasta en 200 ocasiones contra sus víctimas, que habían sido seleccionadas previamente, según los responsables de la investigación.
Los hechos «refuerzan la convicción de la necesidad de combatir con toda la fuerza de la ley a grupos criminales que realizan semejantes actos de barbarie», indicó Calderón en un comunicado en el que expresa sus «más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas, así como una pronta recuperación a quienes resultaron heridos».
Chihuahua es uno de los estados que registra el mayor número de homicidios promovidos por los cárteles del narcotráfico, que luchan por el control de la ruta de la droga que se comercializa en Estados Unidos. En esa región se encuentra la peligrosa Ciudad Juárez, donde el año pasado fueron asesinadas unas 2.700 personas en manos del crimen organizado.