WASHINGTON, 19 (Reuters/EP)
Las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos sobre política migratoria volvieron a estancarse en la reunión celebrada este viernes, según informó en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Philip J. Crowley.
Se trataba del tercer encuentro entre funcionarios de ambos países desde que el presidente Barack Obama tomó posesión de su cargo. En ella trataron de abordar los asuntos más delicados sobre la política migratoria, incluido el caso del contratista estadounidense Alan Gross, detenido en el aeropuerto de La Habana el pasado mes de diciembre acusado de un presunto delito de espionaje.
Crowley dijo que la reunión del viernes «subraya» el interés de Estados Unidos «de tener discusiones constructivas con el Gobierno de Cuba para satisfacer los intereses de Estados Unidos», pero señaló que no se alcanzó ningún acuerdo concreto en ninguno de los temas más importantes.
Los participantes están discutiendo las formas de mantener una migración ordenada basada en un acuerdo de 16 años de antigüedad para prevenir los éxodos en masa de Cuba como el denominado ‘éxodo de Mariel’, en 1980 o la ola de migraciones que se vivió en 1994.
Cuba ha pedido la presencia de más agentes consulares en Estados unidos, mientras que el Gobierno norteamericano está presionando para acabar con las restricciones en los viajes de diplomáticos de ambos países. Cuba también quiere que Washington anule su tratado de inmigración preferencial para los cubanos que llegan a los puertos estadounidenses. Consideran que esta política, denominada ‘pie mojado, pie seco’, anima a los cubanos a abandonar su patria.
Las conversaciones sobre la política migratoria volvieron a retomarse el pasado mes de julio en Nueva York, cinco años después de que el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, las cancelara. Ambos lados esperaban que sus relaciones mejoraran durante la presidencia de Obama, pero los movimientos han sido muy lentos y el arresto de Gross han enrarecido las relaciones.
Gross, de 60 años, está en prisión desde que fue detenido en el aeropuerto de La Habana el pasado 4 de diciembre acusado de distribuir equipamientos de comunicación por satélite prohibidos a los disidentes cubanos. Fuentes oficiales de Estados Unidos dijeron que solo estaba proveyendo de acceso a Internet a grupos de la minoría judía en Cuba, pero admitieron que estaba trabajando para un programa estadounidense para promover la democracia en la isla y entró en el país con un visado de turista sin declarar sus intenciones reales. Fuentes oficiales cubanas aseguran que está siendo investigado y que aún no ha sido condenado oficialmente por ningún crimen.