El ex preso político Ariel Sigler Amaya rechazó una propuesta de viajar a España porque prefiere recibir atención médica en un hospital en Estados Unidos, donde sus familiares han logrado contactar con algunos especialistas que tratarán los graves problemas de salud que padece el opositor.
La propuesta de trasladarse a España fue transmitida por el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, informó a Europa Press la esposa del disidente, Noelia Pedraza. «El cardenal habló conmigo ayer (miércoles) y me preguntó si Ariel quería viajar a España, pero él no quiere, él se negó», afirmó.
La también Dama de Blanco explicó que no están interesados en viajar a Madrid porque en Miami tienen «todo casi listo» para que el opositor reciba la asistencia sanitaria que requiere para sus dolencias. «Si nos vamos seríamos una enorme carga para el Gobierno español porque ya ellos están ayudando a otros presos», afirmó.
Un total de 11 ex prisioneros políticos de la Primavera Negra –de un grupo de 20– han llegado esta semana a Madrid como parte de las negociaciones entre el régimen castrista y la Iglesia Católica con el apoyo del ministro de Exteriores y Cooperación español, Miguel Angel Moratinos. El Gobierno de Raúl Castro ha prometido liberar a 52 opositores en los próximos tres a cuatro meses.
Sigler Amaya, uno de los detenidos de la llamada Primavera Negra de 2003, obtuvo el pasado 11 de junio una «licencia extrapenal» con la que pudo abandonar el Hospital Julito Díaz de La Habana donde estuvo ingresado varios meses tras presentar severos problemas de salud debido a las múltiples enfermedades que padece.
Antes de ingresar en prisión, el disidente era un hombre activo y un reconocido boxeador que gozaba de un excelente estado de salud. Su peso era de 205 libras (94,3 kilos), pero de acuerdo al último registro médico su peso había descendido a 117 libras (53 kilos). También sufrió una paraplejia funcional que lo dejó en una silla de ruedas, convirtiéndole en el preso político con el peor cuadro de salud.
El disidente está «muy agradecido porque sabe que el Gobierno de (José Luis Rodríguez) Zapatero y el señor Moratinos han estado muy preocupados por su salud», dijo Pedraza. Algunos representantes del Partido Popular y de la disidencia cubana en Madrid se han puesto en contacto con Sigler Amaya para «ofrecerle su apoyo y ponerse a la orden, pero él no quiere ser una carga ahora que España esta atravesando una situación económica muy dura», acotó.
TRABAS CON EL PERMISO DE SALIDA
A mediados de junio, Estados Unidos concedió a Sigler Amaya un permiso humanitario –conocido como ‘parole’– para que ingrese a ese país a recibir tratamiento especializado con el apoyo de su hermano Miguel. El opositor todavía está a la espera de que las autoridades migratorias cubanas le concedan la autorización para poder salir de la isla.
Pedraza, sin embargo, denunció que desde que iniciaron el trámite «las autoridades lo que han hecho es poner trabas», hasta el punto que han tenido que desistir de la idea de pedir una autorización de salida temporal y optar por un permiso definitivo «porque es mucho más rápido que se lo den».
El propósito de Sigler Amaya era regresar a Cuba una vez que concluyera su tratamiento en el Jackson Memorial Hospital de Miami, «pero eso ya no va a poder ser», lamentó Pedraza, por lo que tendrá que quedarse definitivamente en Estados Unidos una vez que salga de la isla.
Se espera que el próximo lunes el Gobierno cubano emita finalmente la llamada «carta blanca». De no ser así, el ex prisionero de conciencia ha dicho que está dispuesto a iniciar un ayuno indefinido. «Ariel insiste en que hará huelga de hambre pero nosotros no queremos porque está muy mal, así que la haremos nosotros por él porque ya no podemos esperar mas», alertó.
La situación de Sigler Amaya fue planteada ante el Departamento de Estado de Estados Unidos tres meses antes de su excarcelación, informó a Europa Press su hermano Miguel, residente en Miami, quien aseguró que el opositor «ya tiene todos los papeles para viajar solo hace falta que la tiranía de los Castro le de la carta blanca».
«En este caso hay una contradicción muy grande porque mi hermano fue el primer preso político excarcelado gracias a las negociaciones de la Iglesia y Moratinos, pero ha sido el excarcelado al que el régimen le ha puesto más trabas para salir de Cuba siendo el que está más enfermo. No lo entendemos, eso no me lo explico», expresó.
Sigler Amaya ha sido uno de los diez beneficiados con la llamada «parole humanitaria» que concede Washington anualmente «para casos muy especiales debido a su delicada situación de salud», reveló su hermano. Las gestiones para que el opositor se traslade a Estados Unidos han sido realizadas por su familia y la comunidad cubana en ese país con el apoyo de algunas autoridades como el alcalde de Miami, Tomas Regalado.
Una vez en territorio norteamericano, el disidente será trasladado al Jackson Memorial Hospital, que se ha ofrecido a darle el tratamiento médico requerido «sin costo alguno». En sus instalaciones será habilitado un salón especial donde el ex preso político recibirá a sus familiares y a los medios de comunicación «cada vez que quiera».