«Objetivo supremo» es impedir guerra del «Gobierno lacayo de Uribe», dice Chávez

"Objetivo supremo" es impedir guerra del "Gobierno lacayo de Uribe", dice Chávez
En la imagen el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. EFE/Archivo

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo hoy que se ha trazado como «objetivo supremo» impedir que el Gobierno de su colega de Colombia, Álvaro Uribe, al que llamó «lacayo», logre esta semana que ambas naciones vayan a la guerra.

«Nos hemos fijado un objetivo supremo: detener la locura guerrerista que se ha apoderado de la Casa de Nariño, impedir que el Gobierno lacayo de Uribe, ya de salida, perpetre su último y más nefando crimen: arrastrar a un conflicto bélico a dos pueblos que se saben y se sienten hermanos en (Simón) Bolívar», escribió Chávez.

El gobernante rompió las relaciones bilaterales tras afirmar el pasado 22 de julio que la denuncia de que guerrilleros colombianos se ocultan en Venezuela, supuestamente con el aval de su Gobierno, constituía un pretexto para ocultar problemas internos colombianos y el empeño «imperialista» de violar la soberanía de Venezuela.

En su columna dominical «Las líneas de Chávez», el jefe de Estado añadió que reivindica «para el pueblo colombiano el mismo derecho que reivindicamos para nuestro pueblo y para todos los pueblos de Nuestra América: el derecho de vivir en paz».

«Nos preocupa la comparsa de Uribe bailando los últimos compases de una música que suena desde el Norte», porque es «horrible» el saldo que deja «el indigno inquilino de la Casa de Nariño», que «no es otro que la exacerbación de la violencia que durante más de 60 años ha definido el doloroso devenir histórico de Colombia», dijo.

Tras alertar de «la gravedad de lo que está aconteciendo entre Venezuela y Colombia», Chávez insistió en que «el dilema está entre las palabras o los proyectiles» de las armas de fuego.

«Es decir, entre llevar a la mesa de diálogo de los pueblos del Sur el ejercicio voluntarioso por la paz o mantener en la región un ambiente de confrontación con una elevada peligrosidad bélica».

Se trata, añadió, de «sensatez y prudencia políticas versus irracionalidad y violencia militaristas», aunque «ya sabemos, ante esta disyuntiva, de qué lado ha estado el Gobierno de Colombia en los últimos ocho años».

El Gobierno de Uribe «es responsable», sostuvo, de los altos índices de violencia en Colombia, lo que incluye «el carácter pandillista de la gestualidad y las inflexiones verbales, por no hablar de los contenidos mentirosos, de los representantes uribistas en la arena diplomática internacional».

La «apuesta a la agresión permanente como estrategia de Estado» que le atribuyó a Uribe, contrasta, añadió, con una Venezuela donde «no tenemos ni sindicalistas asesinados, ni desplazados, ni fuerzas insurgentes a lo largo y ancho del país».

Tampoco «grupos paramilitares, ni importantes extensiones de tierra al servicio de la producción de drogas, ni bases militares estadounidenses, ni fosas comunes ahítas de cadáveres».

Chávez prosigue su escrito asegurando que «pacientes, intensos y laboriosos han sido nuestros esfuerzos en levantar, en todo este escenario, las banderas de la paz».

«No desmayaremos en nuestro empeño por conquistar unas relaciones decentes y respetuosas, por más que del otro lado de la frontera nos sigan tendiendo celadas», sostuvo en alusión al Gobierno de José Manuel Santos, que sustituirá al de Uribe desde el próximo sábado.

«Esperamos que el nuevo Gobierno de Colombia entienda que no nos anima otro interés ni otro deseo» que no sea el de lograr «sumar la mejor de nuestras voluntades para que halle definitivamente una paz duradera y confiable», manifestó.

El gobernante venezolano también se dirigió a los guerrilleros colombianos y les reiteró «el llamado que desde hace ya algún tiempo le he hecho a las fuerzas insurgentes de Colombia de buscar las sendas hacia la paz».

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