El acuerdo sellado por Argentina y Uruguay tras casi siete años de una controversia por el uso de un río compartido impregnó de buenas vibraciones la Cumbre de Mercosur que en ediciones anteriores estuvo marcada por éste y otros conflictos bilaterales.
«Ha sido la mejor reunión de Mercosur», estaba «todo el mundo feliz», presumía hoy el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a la vista de la «buena onda» reinante en la cita de la ciudad argentina de San Juan, a la que no ha acudido el venezolano Hugo Chávez.
Atrás quedó la época en que los ex presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez, antiguos amigos, se cruzaban por los pasillos de las cumbres suramericanas sin saludarse debido al punto de no retorno al que llegó este conflicto, cuyos inicios se remontan a 2003.
Hoy la postal fue muy diferente: los actuales mandatarios, la argentina Cristina Fernández y el uruguayo José Mujica, se cruzaron elogios por el acuerdo logrado el pasado miércoles, que permitirá el control conjunto del medio ambiente del río Uruguay.
«Esto es una muy buena noticia para todos» los países de la región, subrayó Fernández al hablar en la cumbre del Mercosur.
«Durante años tuvimos una suerte de sombra y quiero agradecer, en este sentido al presidente José Mujica y a todos los argentinos el esfuerzo que hemos hecho para superar esta diferencia, porque hemos tenido el tino de no ensombrecer los encuentros del Mercosur por una diferencia bilateral», sostuvo.
La presidenta estaba tan satisfecha con el acuerdo que, además de felicitar a Mujica y al pueblo uruguayo, extendió la felicitación «también a nosotros mismos, los argentinos».
El conflicto por la instalación de una planta de pasta celulosa en la localidad uruguaya de Fray Bentos y que desembocó en un juicio en la Corte Internacional de Justicia de La Haya marcó no pocos encuentros regionales, aunque el bloque nunca se metió de lleno en una discusión estrictamente bilateral.
En más de una oportunidad los presidentes suramericanos abogaron por la reconciliación de Argentina y Uruguay, mientras éstos profundizaban sus diferencias.
«Benditos sean los conflictos. No hay que temerle a los conflictos, hay que temerle a la esterilidad de los conflictos, cuando son nada más que mera confrontación. Toda superación tiene contradicción. No podemos tirar por la borda todo lo hecho», dijo hoy Mujica.
El presidente uruguayo reconoció que no ha sido fácil «dar vuelta a la página de la historia chauvinista donde cada república se creía el centro del universo y donde intentamos construir un nuevo centro».
También el presidente chileno, Sebastián Piñera, felicitó a los dos países por el acuerdo después de que «por años» este conflicto bilateral sobrevoló las cumbres del Mercosur.
Relajada por el clima de confianza de esta «reunión de amigos», no es de extrañar que Cristina Fernández tuviera hoy algún que otro «lapsus» en su papel de presidenta saliente de Mercosur.
Empezó olvidándose de dar la bienvenida a su marido y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, asistente a la Cumbre en calidad de secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y terminó con un pequeño lío con los martillos utilizados para marcar la clausura oficial del pleno de la reunión.