Un fuerte dispositivo de seguridad rodea hoy la Plaza de Bolívar de Bogotá para la ceremonia de investidura de Juan Manuel Santos como presidente de Colombia, en medio de una pertinaz lluvia que obligó a los centenares personas a cubrirse con paraguas.
Los organizadores del gran evento fueron los encargados de distribuir paraguas a los congregados en esa céntrica plaza, que acogerá la ceremonia al aire libre a partir de las 15.15 hora local (20.15 GMT).
Las ventanas del Capitolio del Congreso, frente al que jurará Santos su cargo, fueron adornadas con flores y las banderas de los 32 departamentos colombianos.
También las flores se colocaron alrededor de la estatua del Libertador Simón Bolívar y fue instalada una gran pantalla para que los invitados puedan ver la ceremonia del nuevo gobernante.
Unas 5.000 personas han sido invitadas al acto, entre ellas el presidente saliente Álvaro Uribe, correligionario de Santos, quien fue su penúltimo ministro de Defensa, en un acto sin precedentes ya que los mandatarios salientes no suelen acudir a estas ceremonias.
La histórica Plaza de Bolívar se encuentra acordonada por varios anillos de seguridad de la Policía y decenas de hombres vigilan desde las terrazas de los edificios para garantizar la seguridad en el evento.
Ese gran despliegue de seguridad se percibe en toda la ciudad, donde hay cientos de policías y militares practicando controles a los ciudadanos o simplemente en alerta.
A primera hora del día, Santos recibió un bastón de mando de manos de las autoridades espirituales de los pueblos indígenas de la norteña Sierra Nevada de Santa Marta y para ello viajó hasta el sitio sagrado de Seyzhua, donde permaneció unas dos horas.
El presidente electo se había desplazado el viernes por la noche a la ciudad caribeña de Santa Marta junto a su esposa María Clemencia Rodríguez y sus hijos María Antonia, Martín y Esteban.
Asimismo, Santos estuvo acompañado en la ceremonia por su secretario privado, Juan Carlos Mira; su alto consejero para las Comunicaciones, Juan Mesa; la ministra designada de Ambiente, Sandra Bessudo, y el ambientalista Juan Meyr, antiguo titular de esa cartera.
El ritual fue privado y estuvo a cargo de «mamos» (sacerdotes) de las etnias arhuaca, kogui y wiwa, que comparten junto a la kankuama la cadena montañosa con picos nevados de casi 6.000 metros sobre el nivel del mar, lo que la hace única en el mundo.
Santos recibió también dos «aseguranzas», hilos de algodón que le fueron amarrados en las muñecas.