Lugo mantiene el ritmo de trabajo antes de someterse a pruebas médicas en Brasil

Lugo mantiene el ritmo de trabajo antes de someterse a pruebas médicas en Brasil
. EFE/Archivo

El presidente paraguayo, Fernando Lugo, mantuvo hoy sus actividades públicas en la víspera de su viaje a Brasil para unas pruebas médicas, mientras sus allegados aseguran que el cáncer linfático que le detectaron no impedirá que complete los tres años de mandato que le faltan.

Uno de sus médicos confirmó además la detección de otro tumor en el tórax que no puede ser extirpado, luego de que al jefe de Estado le detectaran un «linfoma maligno» tras una operación en la ingle en la que le extirparon un ganglio, hace cinco días.

El hematólogo Alfredo Boccia dijo que a Lugo, de 59 años, se le ha hallado «un ganglio inguinal y otro nódulo en el mediastino», por lo que consideró que se trataría ya de la tercera etapa del mal, que ocurre cuando el cáncer aparece «simultáneamente por arriba y por debajo del diafragma».

El médico explicó que la histología del cáncer será definida en laboratorios de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), a donde una muestra fue enviada ayer, mientras que el grado de avance se determinará en el hospital Sirio-Libanés de la ciudad brasileña de Sao Paulo.

Lugo será hospitalizado el martes por la tarde, para lo cual irá con sus médicos y algunos colaboradores, incluido el ministro paraguayo de Información, Augusto Dos Santos, quien explicó que el parte médico será conocido de acuerdo a las normas de ese centro médico brasileño.

En la víspera de su viaje, Lugo realizó sus tareas oficiales tal como estaba previsto al reunirse a primeras horas con miembros de su gabinete y con dos empresarios, así como con el director de la oficina regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guillermo Miranda.

También recorrió la zona de obras del acceso norte de Asunción por la futura Franja Costera.

La enfermedad del jefe de Estado ha disparado diversos tipos de especulaciones sobre su estado de salud, además de preocupación en su entorno, que salieron al paso para asegurar que no le impedirá gobernar o completar los tres años que faltan de su mandato.

Lugo, quien el próximo día 15 cumplirá dos años en el poder, accedió a la presidencia del país tras ganar los comicios del 20 de abril de 2008 al frente de una coalición de amplia base ideológica que puso fin a una hegemonía política de 61 años del conservador Partido Colorado.

Si bien la coalición gobernante está dominada por agrupaciones de izquierda, su poder político descansa en el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA, de centroderecha), segunda fuerza política del país y principal aliado de Lugo en el Congreso.

«El presidente Fernando Lugo tendrá su sucesor, pero el 15 de agosto de 2013», afirmó el jefe de gabinete, Miguel López Perito, líder del Movimiento 20 de Abril, de reciente creación, al influjo del ex obispo, cuya carretera política fue arropada por decenas de grupos minoritarios de izquierda.

Muchos de esos dirigentes ocupan altos cargos en el Gobierno, incluidos varios ministerios y órganos intermedios como la ministra paraguaya de Salud, Esperanza Martínez, quien tildó de «morbosos» las rumores sobre el estado de salud de Lugo.

Martínez consideró que «este tipo de diagnóstico en general no incapacita» y ejemplificó que en Brasil la candidata presidencial del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, también padece la misma enfermedad y que se ha hecho quimioterapia durante toda su campaña.

Por su parte, el vicepresidente del país y primero en la línea de sucesión, Federico Franco, afirmó que Lugo «puede estar tranquilo» y que lo acompañara en todo momento «más ahora, sabiendo su estado de salud».

Franco, médico de profesión y líder de una corriente liberal disidente, mantiene divergencias desde el primer momento con Lugo por cupos de poder, después de que el jefe de Estado haya escogido a seguidores del nuevo titular del PLRA, el diputado Blas Llano.

«Dios quiera que (Lugo) responda de la mejor manera posible (al tratamiento)», afirmó el vicepresidente en declaraciones telefónicas desde Bogotá antes de regresar a Asunción tras participar en el acto de investidura del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

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