Los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Hugo Chávez, decidieron en una trascendental reunión restablecer las relaciones comerciales y diplomáticas, así como trabajar de forma conjunta para evitar la presencia de grupos armados ilegales en la frontera común.
Tras este histórico encuentro, en el que el propio Santos reconoció las diferencias ideológicas que le han separado de su homólogo, ambos apostaron sin tapujos por la paz, la integración y por la vuelta a la normalidad porque los dos países se necesitan mutuamente.
Lograron así construir la necesaria confianza para devolver la estabilidad económica y comercial a los dos países, y sobre todo la tranquilidad a la región, ya que hoy los dos mandatarios decidieron eliminar de su vocabulario la palabra «guerra».
«Hemos decidido que los países restablecen sus relaciones diplomáticas y relanzan una hoja de ruta para que todos los aspectos de la relación puedan progresar, avanzar y profundizarse», dijo Santos, al asegurar que por la parte colombiana se arranca desde el «punto cero».
«Yo celebro mucho este encuentro el día de hoy con el presidente Chávez, dos personas que han tenido, o que hemos tenido, tantas frecuentes diferencias, que decidan doblar página y pensar en el futuro de nuestros países y nuestro pueblos», aseveró Santos.
Desde ahora, se va a celebrar «un diálogo franco, directo, sincero, como deben ser todas las buenas relaciones», según Santos, quien se refirió al «gran paso» dado.
De acuerdo a una declaración emitida por ambos al término del crucial encuentro, Colombia y Venezuela decidieron «avanzar en beneficio de los dos pueblos», especialmente en las zonas fronterizas.
Para ello acordaron crear cinco comisiones: para el pago de deuda y reimpulso de las relaciones comerciales, para un acuerdo de complementación económica, para la inversión social en la zona fronteriza, para el desarrollo conjunto de infraestructuras y otra más para proteger la seguridad de la frontera, bajo el acompañamiento de la Unasur.
Esta última comisión «busca prevenir la presencia y acción de grupos armados al margen de la ley» y a «aumentar la presencia de ambos Estados en la zona de frontera».
Asunto clave para ambos países, especialmente después de que hoy Chávez afirmara que su Gobierno no apoyará a los grupos armados ilegales en su territorio.
«Yo lo ratifico, y no hace falta que lo diga yo, lo he dicho un millón de veces, el Gobierno venezolano que yo dirijo ni apoya, ni permite, ni permitirá, presencia de guerrilla, ni terrorismo, ni narcotráfico en territorio venezolano; y mucho menos que alguien diga que yo apoyo a la guerrilla, al terrorismo, eso es una infamia», remarcó Chávez.
Pero también manifestó que la penetración de grupos armados ilegales a Venezuela «no es nuevo», al recordar que desde hace muchos años eso viene ocurriendo.
«Yo le pido que me crea, como yo le creo a él (…). Hemos patrullado, no hemos conseguido ningún campamento guerrillero, pero también es cierto que las tropas venezolanas en más de una ocasión se han enfrentado a la guerrilla colombiana, tenemos nuestros muertos también», subrayó.
Agregó que también han enfrentado «a unidades paramilitares, a unidades del narcotráfico», al destacar: «con todos esos fenómenos tenemos que lidiar en las fronteras, pero que no se nos siga acusando de que nosotros los propiciamos, nosotros los apoyamos».
Reiteró además que, como viene diciendo desde 1999, «la guerrilla colombiana no tiene futuro por el camino de las armas».
«Yo vine aquí a apoyarlo a usted, presidente, a apoyar nuestras economías, nuestros intercambios y siempre ha sido así», remarcó, al afirmar que «la unidad será resultado de fuerzas muy sensibles», al citar a Simón Bolívar.
Y prosiguió, también con palabras tomadas de El Libertador: «debemos vencer los demonios».
«Es imprescindible, no permitamos que mañana los chismes, lo informes, las coordenadas y no se cuantas más cosas nos permitan volver a pelear otra vez», declaró en alusión a las acusaciones vertidas contra Venezuela por el anterior Gobierno de Álvaro Uribe, en el sentido de que este país albergaba guerrilleros.
Y es que Uribe presentó ante la Organización de Estados Americanos (OEA) pruebas, entre ellas coordenadas geográficas de lugares donde supuestamente hay campamentos de las FARC y el ELN en Venezuela.
Ese fue el motivo que llevó al Gobierno de Caracas a romper las relaciones diplomáticas con Colombia el pasado 22 de julio.