La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de la Ayuda Humanitaria destacó la "suerte" que ha tenido Haití, al resistir el paso del huracán con relativa firmeza
Al menos siete personas murieron en Haití tras la llegada del huracán Tomás que provocó inundaciones y deslizamientos de tierra, complicando así la situación de los millones de haitianos alojados en los campamentos provisionales.
La agencia Europa Press informó que cuatro de las víctimas murieron en el suroeste de la provincia Grande Anse, dos en la del Sur y una en la de Belle Anse, a causa de las tormentas que se desataron con la llegada del huracán.
A su paso por la isla, Tomás azotó con dureza la costa norte, sobre todo, las ciudades de Los Cayos, Jacmel y Leogane. Mientras, en la capital, Puerto Príncipe, apenas un millón de los supervivientes del seísmo que acabó con la vida de más de 250 mil personas, pudieron refugiarse en estructuras más seguras que las tiendas de campaña.
Sin embargo, las autoridades confían en que lo peor ya pasó, a pesar que permanece la alerta por la llegada de fuertes precipitaciones. «Ahora que, en términos relativos, Haití ha escapado del peligro, tenemos que continuar vigilando», dijo el presidente René Preval.
Por su parte, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de la Ayuda Humanitaria destacó la «suerte» que ha tenido Haití, al resistir el paso del huracán con relativa firmeza.
«Estamos sorprendidos por la suerte de esta vez porque, aunque las tormentas han sido serias, por una vez Haití ha sido afortunado», indicó el organismo.
Tomás mató a cinco personas a su paso por Santa Lucía, y dejó varios desaparecidos. También amenaza a las islas Turcos y Caicos, y parte de las Bahamas y Cuba.
En la base estadounidense de Guantánamo se avisó a los 174 presos de la llegada de la tormenta, asegurando el suministro de agua y comidas envasadas.