Según el documento codificado con el No 196642, remitido por el Departamento de Estado de EE.UU y filtrado por Wikileaks

«Hay altos mandos de las Fuerzas Armadas del Perú vinculados al narcotráfico»

Revelaciones comprometen al actual jefe del Ejército, general Paul Da Silva

"Hay altos mandos de las Fuerzas Armadas del Perú vinculados al narcotráfico"
850 kg. de cocaína incautados en Perú.

El documento, remitido al Departamento de Estado en Washington, está compuesto por 12 notas independientes, a manera de casos puntuales

El wikicable que ha remecido al Cuartel General del Ejército está codificado con el No 196642 y fue redactado el 12 de marzo del 2009, a las 21:57 horas.

En ese momento, el ministro de Defensa era Ántero Flores Aráoz y el jefe del Ejército, el general Otto Guibovich. Lleva el rótulo de «secreto» y, como en el caso de otros cuatro cables difundidos por el diario español El País, el domingo último, tiene como autor al entonces embajador de EE.UU. en Lima, Michael McKinley.

El documento, remitido al Departamento de Estado en Washington, está compuesto por 12 notas independientes, a manera de casos puntuales, que ayudan a McKinley a esbozar la hipótesis de que hay altos mandos de las FF.AA. vinculados al narcotráfico. La bomba detona en los párrafos 7 y 8.

McKinley cita a un testigo -un militar de baja graduación (junior officer) detenido en Brasil (sic)-, que reseña dos sonados casos de narcotráfico en Piura.

El primero de ellos data del 2004 y se refiere a la incautación de 700 kilos de cocaína, acondicionados en filetes de pota, que estaban a punto de partir de Paita hacia EEUU. La Policía descubrió que parte de la droga fue embalada en el Casino del Ejército de la Región Militar del Norte (RMN) y detuvo a un grupo de militares, entre los que figuraban el cadete Jonathan Huacac y el mayor César Tello (CARETAS 1850). En ese entonces, el jefe de la RMN era el general Williams Zapata, igualmente mencionado en el cable.

El segundo caso al que alude el testigo anónimo de McKinley se remonta a un episodio ocurrido 15 meses antes de la redacción del cable, en octubre del 2007, y compromete al actual jefe del Ejército, general Paul Da Silva.

«(El testigo) vio señales de que los oficiales pueden haber seguido cooperando con los traficantes de drogas», refiere el cable. «Su sospecha principal se basa sobre la visita a la base de ese año por el director de la Cámara Nacional de Pesquería de Piura, Rolando Eugenio Velasco Heysen, para encontrarse con el comandante de la Región Militar Paul da Silva».

«(El testigo) especuló que Da Silva y Velasco -quien fue detenido en octubre de 2007 por intentar exportar 840 kilogramos de cocaína oculta en pescado congelado- coordinaban envíos de droga. Un periodista de investigación informó luego que tanto Da Silva y el general Edwin Donayre se habían reunido con Velasco, pero que Velasco afirmó que no era más que para promocionar el consumo de calamar de altas proteínas en el Ejército. (El testigo) afirma que este argumento no tiene sentido porque la reunión de los generales con Velasco se produjo fuera de la época del año en que el Ejército firma los nuevos contratos».

Da Silva, quien lleva dos semanas en el cargo, respondió enérgicamente en una conferencia de prensa en la que se refirió al documento norteamericano como el «cable de la infamia». Dijo que evaluaba iniciar una acción legal contra McKinley y anunció una investigación «caiga quien caiga» para identificar al informante mencionado por el embajador gringo.

El mismo lunes 13 fue ratificado en el cargo por el ministro de Defensa Jaime Thorne y, pese al silencio presidencial, el Ejecutivo cerró filas en su respaldo. Pero los detalles sobre la operación que condujo a la captura de Velasco parecían ser hasta hoy un misterio en el seno del propio gobierno.

LAS VISITAS

CARETAS obtuvo el atestado No 002-11-2007-Dirandro-PNP/EEIP, según el cual «Rolando Velasco Heysen, (a) ‘Roco’, era el encargado de proporcionar la empresa de fachada para el almacenamiento y acondicionamiento de la droga en productos hidrobiológicos, además de ser el responsable de la exportación de la cocaína».

Fuentes policiales de alto nivel revelaron a CARETAS que «Roco» era vigilado por la Drug Enforcement Administration (DEA), la agencia norteamericana represora del narcotráfico, desde el 2005, un año después de que éste fundara la Cámara Nacional de Pesca (CAMPES) en Piura.

Un ‘informante’, que podría ser el subalterno al que alude McKinley, dio el dato que llevó a los gringos a observar al empresario pesquero.

Las fuentes aseguran que la DEA siguió y grabó a Velasco ingresando hasta en 10 oportunidades al cuartel de la RMN entre el 2006 y el 2007, precisamente durante el periodo de Da Silva como jefe militar de Piura.

Se desconoce cuáles eran los motivos de sus visitas a esa dependencia castrense y con qué oficial u oficiales se reunió. El hecho de dejarlo operar libremente es un procedimiento usual en los investigadores norteamericanos. Lo que sí se determinó es que, entre el 2005 y el 2007, Velasco realizó siete envíos de 5 toneladas de cocaína en total. El destino final era EE.UU., y ahí radica el especial interés de la DEA en este caso.

La Dirandro entró en acción en mayo del 2007, cuando fotografió a Velasco en compañía del narcotraficante Esteban Ramírez Coz, alias ‘Nico’. Ramírez intentó exportar una tonelada de cocaína en productos hidrobiológicos, cargamento que fue incautado por la Policía en el 2005. En las fotografías, consignadas en el atestado policial, aparecen Velasco, ‘Nico’ y la colombiana Marta García Buritica, del Cartel de Cali.

Las imágenes fueron tomadas en el local de la empresa Servigen, dedicada al congelado de pescados. El 31 de mayo de ese mismo año, volvieron a fotografiar a Velasco junto a ‘Nico’ y a un tercer sujeto: Eguer López Bello, sobrino del viejo narcotraficante Tito López Paredes.

Hasta entonces, Velasco era un personaje de cierta relevancia pública en Piura. En octubre del 2004 fue entrevistado por primera vez por el diario El Tiempo con motivo de la fundación de la Cámara Nacional de Pesca (CAMPES). Anunció que promocionaría el consumo masivo de la pota en los asentamientos humanos, y solicitó apoyo para constituir microempresas con la finalidad de exportar recursos hidrobiológicos a China y EEUU.

A algunos empresarios pesqueros les llamó la atención que la CAMPES no estuviera vinculada a la Cámara de Comercio de Piura y que Velasco se negara a identificar a los «empresarios limeños» que financiaban su organismo, pero no había mayores elementos de sospecha. En poco tiempo, Velasco se convirtió en el «rey de la pota», visitando diversos asentamientos humanos y haciendo promesas de corte electoral.

El 18 de agosto de ese mismo año, tras el terremoto en Pisco, ofreció un «programa integral» de alimentación con pota en los pueblos jóvenes. Se contactó con el Ministerio de la Mujer, pero no obtuvo respuesta. Fue poco después que se produjo la reunión con el general Da Silva.

Da Silva declaró a la prensa de Piura que el empresario los invitó a degustar la pota, venderla y difundir su consumo en el Ejército. «Yo fui con los generales, comandantes, el inspector y personal de tropa porque ellos van a consumir, para que den su opinión. Y ahí terminó todo», dijo.

El 18 de octubre, Velasco celebró su cumpleaños No 62 sin imaginar que se le venía la noche. Dos días después, el camión de placa WO-9039 llegó a Piura desde el Valle del Río Apurímac Ene (VRAE). Esa noche recogió de la estación de buses de Oltursa a Fernando Esquivel, Germán Santiago, Félix Romero y Richard Granda, que llegaban de Lima.

Esquivel estuvo detenido por narcotráfico entre 1997 y 1999. Todos ellos fueron alojados por el propio Velasco en un hotel de Catacaos.

Al día siguiente, Velasco y sus cuatro amigos se volvieron a reunir, mientras el camión que había llegado del VRAE se movió al grifo «Inversiones Antón». A las 9 de la noche, Esquivel, Richard Granda y Germán Santiago llegaron al grifo y compraron algunas latas de cerveza. Lucían despreocupados. Fue entonces cuando la Dirandro les cayó encima. Los 850 kilos de cocaína fueron encontrados en la base del camión. Velasco fue pescado minutos después caminando por la Plaza de Armas de Piura.

Velasco se declaró inocente, pero fue recluido en el penal Miguel Castro Castro. Ningún militar fue comprendido en el proceso judicial del caso, que aún no culmina, y se corroboró que éste no era proveedor del Ejército.

Por su parte, Da Silva no tiene investigación alguna en el Poder Judicial o en la Inspectoría EP. Egresó de la Escuela Militar de Chorrillos en 1973 como subteniente de infantería. Es uno de los cuatro comandos del Ejército de mayor antigüedad y participó en la operación Chavín de Huantar, en 1997. Fue agregado militar en EE UU entre el 2001 y el 2002 y, cuando se redactó el cable, jefaturaba la Región Militar del Centro en Lima. Era el general más antiguo entre los candidatos a suceder a Guibovich.

Sigue siendo un misterio por qué Velasco frecuentó el cuartel de Piura entre el 2006 y el 2007, cuando ya operaba para los carteles de la droga.

Es un enigma que deberá resolver el propio jefe del Ejército durante las investigaciones en marcha. O el propio Velasco Heysen si se anima a cantar desde su celda de Castro Castro. Todo esto, por supuesto, si no aparece un nuevo cable en la historia de este «pota-leak» que comienza a contarse. (Caretas)

 

 

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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