La Universidad Nacional de La Plata entregó a Chávez el premio Rodolfo Walsh, en honor a un periodista de los años setenta que denunciaba las atrocidades del gobierno militar
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez fue galardonado ayer martes en Argentina con un prestigioso premio del periodismo por «su compromiso en defender la libertad de los pueblos (…) defender los derechos humanos y ser consecuente con la verdad y los valores democráticos».
La Universidad Nacional de La Plata entregó a Chávez el premio Rodolfo Walsh (en honor a un periodista de los años setenta que denunciaba las atrocidades del gobierno militar) «por haber intentado derrumbar el monopolio de los medios», dijo a BBC Mundo Claudio Gómez, miembro del comité del centro académico que tomó la decisión.
«Chávez merece reconocimiento político. Pero más que por la defensa a la libertad de expresión, es por el apoyo a la comunicación popular, a la diversificación de los medios y sobre todo por el impulso a la cadena Telesur como alternativa», señaló.
«A nuestro juicio el Estado debe apoyar esta diversificación y en Venezuela esto se está dando», acotó.
Matices
Sin embargo, surgen varias voces que se oponen al galardón y que recuerdan que, durante lo más de diez años de gobierno del mandatario, en Venezuela han surgido -con el respaldo de fondos públicos- una serie de medios de comunicación audiovisuales e impresos que respaldan vehementemente la línea oficial.
Simultáneamente, en el último lustro las autoridades han revocado el permiso de funcionamiento -un cierre, en efecto- de más de 30 radios y un canal de televisión nacional que estaban en manos privadas y que tenían una línea editorial crítica al mandatario venezolano.
Además, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha instado al Estado venezolano en numerosas oportunidades a brindarles mayor seguridad a los medios privados, y el gobierno de Chávez ha sido cuestionado por promover reformas legislativas que permiten sancionar rigurosamente si se considera (discrecionalmente, por parte de un funcionario) que hubo difamación.
Por ejemplo, se han presentado juicios a dirigentes políticos opositores por sus opiniones en entrevistas en canales de televisión, lo que además, según la Ley de Medios de Venezuela, es corresponsabilidad de quien transmite el programa.
«No conozco la realidad cotidiana de Venezuela», le respondió Gómez a BBC Mundo cuando se le comentaron las críticas.
«Pero aquí en Argentina se acusa a Chávez de dictador y eso, felizmente, es falaz. Chávez no es un dictador sino elegido legítimamente por su pueblo».
«Lo que está pasando mucho ahora en América Latina es que el mismo acontecimiento está siendo visto de formas diferente. Y nuestro caso (el otorgamiento del premio) se opone a lo que pueda decir la corte interamericana (la CIDH)», agregó.
Contagio local
En Argentina, como también en Venezuela, hay una fuerte disputa entre el gobierno de Cristina Fernández y medios privados, en especial el Grupo Clarín Y el premio a Chávez se vio arrastrado hacia este contexto.
El fin de semana un grupo de trabajadores de una empresa relacionada con Clarín llevó a cabo una manifestación a las puertas de la imprenta, lo que -según la empresa de medios- impidió la entrega del diario el domingo.
Representantes del Clarín afirman que se trató de una estrategia de intimidación por parte de un sindicato afín al gobierno y por ende responsabilidad de las autoridades, que no impidieron el llamado «bloqueo».
En tanto, desde el poder ejecutivo argentino afirman que más bien se trató de una acción de protesta por un «conflicto gremial» de trabajadores que aseguran ser maltratados por la empresa, algo que Clarín niega.
¿Y qué tiene que ver Chávez con esto? Que el premio que recibe ha sido esgrimido por algunos para criticar al gobierno de Fernández, relacionándolo con las políticas aplicadas en Venezuela hacia algunos medios.
«Chávez es el maestro de la agresión violenta y perpetua al periodismo independiente (…) Cristina se convirtió, por derecho propio, en su mejor alumna», escribió en el diario La Nación, muy crítico de la mandataria, el columnista Joaquín Morales Solá, quien por cierto recibió también una distinción similar por parte de la Universidad Nacional de La Plata.
«Hay un cambio en toda América Latina, ya los medios monopólicos no pueden decir lo que quieren porque son parte de una estructura social que ellos representan y que los representan a ellos mismos. No pueden seguir pensando en denunciar problemas, porque muchos son el problema y la solución», aseveró.
Pero advirtió: «Ellos tienen que rendir cuentas, aunque la respuesta no tiene que ser prohibitiva o de censura (hacia los medios)».
Otros que han recibido la distinción de la Universidad de la Plata fueron el presidente de Bolivia, Evo Morales, el ex director de Le Monde Diplomatique Ignacio Ramonet, y el (fallecido) periodista argentino Tomás Eloy Martínez.