En el marco de la 'Operación Cóndor' de represión a opositores. Cabanillas dirigía en los años setenta el centro de detención ilegal Automotores Oletti, oculto en un taller mecánico de Buenos Aires
La Justicia argentina ha condenado a cadena perpetua al ex general Eduardo Cabanillas, «partícipe necesario» en cinco homicidios, 29 privaciones ilegales de la libertad y otros tantos casos de tortura, en el marco de la ‘Operación Cóndor’ de represión a opositores. Cabanillas dirigía en los años setenta el centro de detención ilegal Automotores Oletti, oculto en un taller mecánico de Buenos Aires alquilado por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).
Los ex miembros de la SIDE Rufo y Honorio Martínez Ruiz pasarán 25 años en prisión tras ser acusados de 65 secuestros y 60 episodios de tortura. Mientras, el ex integrante del Batallón 601 de Inteligencia militar, Raúl Gulielminetti, permanecerá 20 años encarcelado, tras ser declarado culpable de 25 secuestros y 21 casos de tortura. Todos los cargos conllevan el gravamen de haber sido cometidos por funcionarios públicos.
El juicio, que se ha prolongado durante nueves meses, ha recibido una gran atención por parte las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, informa la agencia Télam.
La investigación apunta a que por el centro de detención pasaron unas 300 personas, entre ellas unos uruguayos secuestrados para robarles un botín de diez millones de dólares que fueron repartidos entre la SIDE y otras personas que participaron en el crimen. Por ello, el caso también ha mantenido expectante a la opinión pública de Uruguay.
En la lista de víctimas también se encuentra el hijo del poeta Juan Gelman, Marcelo Gelman, quien fue trasladado a este local del barrio bonaerense de Floresta y más tarde apareció muerto en un tambor de cemento.
El general Otto Paladino, entonces jefe de la SIDE, fue quien decidió crear el centro a finales de 1975, durante el Gobierno de María Estela Martínez de Perón. Al cargo de los crímenes puso a la banda paraestatal de ultraderecha de Aníbal Gordon.
La mayoría de los prisioneros de Orletti permanecen desaparecidos aunque otros lograron sobrevivir y pudieron declarar en el juicio. Actualmente el centro alberga un museo en memoria de las víctimas.