El Gobierno de Raúl Castro ha anunciado este lunes la ampliación del programa que permite a empleados estatales convertirse en trabajadores por cuenta propia, lo que permitirá a más personas formar parte del naciente sector privado de la isla.
A partir del próximo 1 de enero, empleados de las empresas provinciales de Servicios Personales, Técnicos y del Hogar se integrarán al sistema de gestión económica de arrendamiento de locales y áreas como trabajadores por cuenta propia, informa el diario oficial ‘Granma’.
La resolución beneficiará a carpinteros, fotógrafos, reparadores de artículos de joyería y equipos eléctricos y electrónicos, tapiceros, cerrajeros, relojeros y zapateros, entre otros servicios.
La incorporación de estos trabajadores se hará «de forma gradual» durante 2012, precisa la norma, sin especificar cómo se realizará este proceso ni cuántas personas resultarán beneficiadas con esta nueva medida del gobierno socialista.
El rotativo sólo especifica que el proceso comenzará en las provincias de Pinar del Río, La Habana, Matanzas (comenzando por la zona de la Península de Hicacos), Villa Clara, Ciego de Avila y Las Tunas, «e irá abarcando el resto del país de forma progresiva».
Castro comenzó hace un par de años una tímida apertura del sector privado que finalmente se afianzó en 2011 cuando permitió, entre otras cosas, el arrendamiento de los inmuebles donde funcionan barberías y peluquerías a los trabajadores de las mismas que antes figuraban como empleados del Estado, estableciendo algunas normas en cuanto al horario y los precios.
A partir de ahora, todos aquellos trabajadores que entren a formar parte del sector privado bajo la nueva modalidad podrán establecer los horarios y precios de los servicios, según señala la normativa reseñada por el rotativo, lo cual abrirá la puerta en Cuba a la competencia en función de la oferta y la demanda.
Esta inédita apertura del sector privado forma parte del conjunto de más de 300 medidas que fueron aprobadas el pasado abril por el gobernante Partido Comunista, con las que el Gobierno de Castro busca «actualizar» el modelo socialista instaurado hace medio siglo y superar la crisis económica que ha golpeado con fuerza a Cuba.
El sector privado es considerado una de las estrategias fundamentales del proceso de reformas que emprende Castro porque absorberá a medio millón de empleados públicos que serán despedidos progresivamente, en un intento por aliviar al Estado de cargas burocráticas.
El Gobierno de Castro autorizó en octubre de 2010 el trabajo privado en un total de 178 actividades como la venta de alimentos (en todas sus modalidades), vendedor de CD y el comercio de artículos varios de uso en el hogar, entre otras.
Hasta la fecha, las autoridades han otorgado 357.663 permisos de trabajo por cuenta propia a personas que, en su mayoría, estaban desempleadas, según datos oficiales divulgados la semana pasada.