Cuba celebra 53 años del triunfo de la revolución en medio de reformas para salvar el modelo socialista

Cuba celebra este domingo 53 años del triunfo de la revolución que encabezó el ahora exmandatario Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista, en medio de un profundo proceso de reformas con el que el Gobierno de Raúl Castro intenta salvar el modelo socialista que ha regido la vida de los cubanos durante medio siglo.

El proyecto político y económico que actualmente se desarrolla en la isla dista considerablemente del modelo que puso en marcha Fidel Castro cuando proclamó el triunfo de la revolución en Santiago de Cuba un 1 de enero de 1959. Atrás quedaron las expropiaciones de tierras y la nacionalización del aparato productivo cubano. Ahora, son los ciudadanos los que cargan con parte del peso del rescate del modelo que hasta 1990 contaba con el apoyo de la extinta Unión Soviética.

Esta fecha ha sido sin duda utilizada por los castristas para resaltar las cualidades de la revolución frente a sus enemigos de Washington. Fidel ha sobrevivido a diez presidentes de Estados Unidos –once si contamos al actual, Barack Obama– y a un sin fin de supuestos intentos de asesinato y de derrocamiento. Además de haber sobrellevado medio siglo de bloqueo económico al que achacan la mayor parte de las desgracias de la isla por las mil millonarias pérdidas que ha causado.

La revolución ha dado muchos giros desde sus comienzos. Ya no es Fidel quien lleva las riendas de esta nación caribeña. Una enfermedad gastrointestinal le apartó del poder en 2006 y, desde entonces, es su hermano Raúl quien conduce el destino de más de once millones de cubanos. Aunque la oposición insiste en afirmar que «Raúl es igual a Fidel», no cabe duda que la situación en la isla ha cambiado un tanto en los últimos seis años.

CAMBIOS ECONOMICOS

La crisis económica internacional ha obligado a emprender una serie de reformas que, según ha dicho el propio Raúl Castro, son «inaplazables» porque definen el futuro y la supervivencia de la revolución que ya cumple 53 años.

Los cambios fueron ratificados el pasado abril durante un histórico congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) –única fuerza política autorizada– en el que su pudo ver a un Fidel Castro más viejo, pero aún levantando pasiones entre sus simpatizantes.

El paquete de 313 medidas van orientadas a reducir todos los subsidios, buscar alternativas de financiación, reactivar el aparato productivo, promover la inversión extranjera y reubicar en trabajos privados a unos 500.000 empleados públicos que comenzaron a ser despedidos.

El proyecto contempla una serie de cambios que abarcan desde los aspectos más domésticos hasta políticas macroeconómicas como la reestructuración de la deuda externa, la sustitución de importaciones por exportaciones, la producción interna y la necesidad de atraer mayor inversión extranjera que reactive el empleo, entre otras.

Pero gran parte de la salvación es responsabilidad de los cubanos que se adhieran al naciente sector privado. Más de 357.600 permisos para trabajo por cuenta propia han sido concedidos desde octubre de 2010, cuando el Gobierno abrió la puerta a los autónomos por primera vez en medio siglo.

Los cubanos pueden ahora desarrollar trabajos en cualquier de las 178 actividades autorizadas como la venta de alimentos (en todas sus modalidades), vendedor de CD y el comercio de artículos varios de uso en el hogar, entre otras.

Otra de las novedades es que el Estado ha entregado a los campesinos más de 1,38 millones de hectáreas, de las cuales más del 70 por ciento están siendo explotadas. Los cubanos también pueden comprar inmuebles y vehículos modernos, pero además ya pueden adquirir materiales de construcción –en las nuevas tiendas creadas por los autónomos– para reformar sus deterioradas viviendas.

«El gobierno ha dado un giro de 360 grados porque ya el Estado no es el padre protector es el hijo necesitado», aseguró la economista Martha Beatriz Roque, líder de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, en declaraciones telefónicas a Europa Press desde La Habana.

Por primera vez en la historia de la revolución, los cubanos pueden pedir créditos que deberán pagar con sus respectivos intereses y todos los trabajadores por cuenta propia están obligados a declarar impuestos, lo que ha introducido una nueva cultura tributaria que antes era casi impensable en la isla.

LOS RESULTADOS

La oposición se muestra muy escéptica en cuanto a los resultados positivos que pueda tener esta nueva etapa de la vida cubana. «Nada de lo que se ha hecho ha sido favorable, porque más que ser una revolución esto ha sido una involución desde todo punto de vista», advierte Roque.

Para esta expresa del Grupo de los 75 cambio «es una palabra muy fuerte con respecto a las modestas variaciones estamos viendo». Este vuelco en la política tras más de 50 años de gobierno, obedece a que la revolución «está pasando por un momento muy difícil» y necesitan «algo para intentar salvarlo».

Por su parte, el periodista independiente Guillermo Fariñas opina que en Cuba «no se pueden realizar cambios económicos hasta que no se hagan los cambios políticos», refiriéndose a las restricciones que todavía mantienen las leyes locales contra los grupos políticos «que no se circunscriban al proyecto de los hermanos Castro».

Tanto Fariñas como Roque coinciden en que los hermanos Castro celebrarán los 53 años de la revolución «mucho más debilitados» y sin que entre la disidencia haya esperanzas de que se perfilen los cambios políticos que muchos desean.

DERECHOS HUMANOS

La principal crítica que se hace al Gobierno cubano tiene que ver con los Derechos Humanos. Todos los meses las organizaciones civiles en la isla informan de decenas de detenciones arbitrarias de disidentes que piden más aperturas y libertades en Cuba.

Entre 230 y 250 personas fueron detenidas en Cuba los primeros diez días de diciembre, en el marco de las celebraciones por el Día Internacional de los Derechos Humanos, de acuerdo a la información recabada por la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), organización prohibida pero tolerada por las autoridades de la isla.

Castro sorprendió en la víspera de Navidad a la opinión pública anunciando la excarcelación de 2.900 presos, que se sumarán a los 52 opositores de la Primavera Negra de 2003 que fueron excarcelados entre 2010 y 2009, gracias a la mediación de la Iglesia Católica y el Gobierno de España. La mayoría de ellos, así como otro medio centenar, viajaron a España con sus familias.

Al respecto, Elizardo Sánchez, portavoz de la CCDHRN, calificó de esta medida como «estética» y de «respuesta mezquina». «Ante los gestos de la escena internacional, el Gobierno cubano solo hace muecas», denunció.

De acuerdo a su cálculos, todavía se encuentran en prisión «al menos 66 cubanos» condenados por motivos políticos, de ellos 16 han sido excarcelados bajo la llamada licencia extra penal, que les permite regresar a sus casas aunque sin la anulación de las condenas.

El Gobierno cubano no ha divulgado en décadas datos oficiales con el número de cárceles y de presos, ni cifras de personas internadas en campos de trabajo y otros centros de reclusión, debido a que no ha permitido que organizaciones nacionales e internacionales puedan estudiar las condiciones del sistema penitenciario en la isla, alerta la CCDHRN. Según sus cálculos la población penal en Cuba podría alcanzar los 80.000 reclusos.

Uno de los cambios más esperados pero que aún no ha llegado es el levantamiento de las restricciones que impiden a los cubanos salir libremente de la isla. Castro confirmó hace unos días que emprenderá reformas «de forma paulatina» en la legislación migratoria, lo que implica que, de forma inmediata, no se anularán las prohibiciones impuestas a los cubanos para viajar al extranjero, las cuales que están vigentes desde hace alrededor de 50 años.

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