Human Right Watch (HRW) ha afirmado este sábado que la muerte del supuesto disidente cubano Wilman Villar muestra que el Gobierno de Cuba persiste en la represión contra la disidencia y ha pedido a La Habana que ponga fin «a las amenazas dirigidas contra su esposa, Maritza Pelegrino, y contra la organización Damas de Blanco de la cual recibe apoyo».
«El caso de Villar Mendoza demuestra que el Gobierno cubano castiga el disenso», ha dicho el director de HRW para América, José Miguel Vivanco. «Para silenciar a los críticos se recurre a tácticas como arrestos arbitrarios, procesos judiciales que no son más que una farsa, encarcelamiento en condiciones inhumanas y persecución de familiares de disidentes», ha añadido.
Villar falleció el 19 de enero a causa de la huelga de hambre que mantuvo durante 50 días, según ha afirmado la oposición cubana. Sin embargo, el Ejecutivo de Raúl Castro ha afirmado que Villar ni era un disidente ni estaba en huelga de hambre y ha agregado que tiene múltiples documentos que así lo prueban.
Asimismo, el Ejecutivo cubano ha destacado que Villar, al que ha tildado de «preso común», no tenía ninguna vinculación con la disidencia antes de ser encarcelado y que fue después cuando «comenzó a vincularse con elementos contrarrevolucionarios en Santiago de Cuba, quienes le hicieron creer que su presunta pertenencia a los grupúsculos mercenarios le permitiría evadir la acción de la Justicia».
A este respecto, HRW afirma en su comunicado que la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), encabezada por Elizardo Sánchez, calificó a Villar como preso político en diciembre de 2011. Así, tal calificación se produjo después y no antes de ser condenado el 25 de noviembre por los delitos de desacato, atentado y resistencia tras ser detenido por «agredir y provocar lesiones en el rostro a su esposa», lo cual respalda la versión facilitada por La Habana.
La esposa de Villar, Maritza Pelegrino, ha asegurado que los guardias penitenciarios habrían sometido a su marido a reclusión en condiciones de aislamiento tras iniciar la huelga de hambre el 25 de noviembre y que la última vez que se le permitió visitarle fue el 29 de diciembre.
Asimismo, Pelegrino ha contado a HRW que funcionarios del Gobierno «la habrían hostigado por su relación con las Damas de Blanco e incluso la amenazaron con quitarle a sus hijas si continuaba trabajando con ellas».
Por último, Pelegrino ha indicado a la organización humanitaria que no fue informada sobre la muerte de Villar y que «se enteró de lo ocurrido a través de contactos fuera de Cuba, que leyeron la noticia en la prensa internacional». Por contra, Sánchez comunicó el fallecimiento de Villar en declaraciones a Europa Press citando a fuentes familiares, que habrían sido las encargadas de informarle de la misma.