El primer ministro de Francia, Manuel Valls, está siendo blanco de numerosas críticas tras conocerse que no sólo viajó en avión a ver la final de la Champions League, algo que ha justificado por trabajo, sino que lo acompañaron sus hijos en un viaje relámpago que costó unos 16.000 euros de dinero público.
Así lo afirmó este martes 9 de junio de 2015 la cadena BFM TV, que cita a fuentes del entorno del jefe del Ejecutivo socialista de Francia para establecer que dos de sus hijos viajaron en el Falcon en el que se desplaza el primer ministro, aunque el coste del avión «no aumentó» por su presencia.
Valls intervino el sábado en el congreso que el Partido Socialista celebraba durante el fin de semana en Poitiers, en el oeste de Francia, tomó un vuelo para ver ganar en Berlín al FC Barcelona 3-1 contra el Juventus de Turín, hizo noche en París y regresó a la cita de su familia política el domingo por la mañana.
AL TENIS DE REBOTE
Por la tarde, asistió con su esposa a la final de Roland Garros en París, en la que el suizo Stanislas Wawrinka se impuso al serbio Novak Djokovic. La hora de vuelo en ese avión ronda los 4.742 euros, por lo que el viaje completo se sitúa en torno a los 15.800 euros, según los cálculos de la revista Le Nouvel Observateur.
El grueso de la prensa sitúa la factura entre 12.000 y 20.000 euros por el uso de un aparato en el que embarcaron la tripulación, un médico, los miembros del equipo de seguridad, consejeros de Valls y dos de sus tres hijos.
Valls -que nació en Barcelona, se declara «apasionado» del fútbol y cuyo tío abuelo Manuel Valls i Gorina compuso el himno del FC Barcelona- había justificado el viaje por motivos de trabajo, ya que Francia organiza la Eurocopa de 2016 y el primer ministro estaba invitado a la final por el presidente de la UEFA, el francés Michel Platini.
Platini, además, está siendo promovido por las instituciones francesas como posible candidato a relevar a Joseph Blatter al frente de la FIFA.
«El primer ministro tenía una reunión con la UEFA. Yo mismo me entrevistaré con Michel Platini el miércoles. Hay asuntos que tratar. No se les escapa que ha habido una serie de cambios en la FIFA y que nosotros vamos a organizar la Eurocopa de 2016»,
declaró el presidente francés, François Hollande, para respaldar a su primer ministro.
La actitud del jefe del Gobierno socialista -un partido que criticó generosamente al anterior presidente conservador, Nicolas Sarkozy, por utilizar los medios del Estado para su propio disfrute- ha caído mal entre los seguidores y los adversarios políticos del gobierno francés.
«Los políticos en ejercicio pierden el sentido de la realidad», declaró el centrista François Bayrou a BFM TV.
MÁS CRÍTICAS
Más dura fue la eurodiputada y ex ministra conservadora Nadine Morano, que se mofó en la red social Twitter de la «nueva concepción de la ‘República ejemplar’ de Hollande y Valls» en la que «hacen que el contribuyente financie sus ratos de ocio».
El Gobierno se ha alineado con el presidente, considerando que es «una polémica sin interés» porque se trataba de un viaje profesional, ya que Valls se desplazó por «invitación de Platini», replicó el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin.
El primer ministro tiene derecho a servirse de aviones gubernamentales para sus desplazamientos, públicos o privados, por la responsabilidad de su función y por motivos de seguridad. Se trata de un privilegio limitado al presidente y al jefe del Gobierno del que no disfrutan el resto de ministros.
Valls no tendría que reembolsar el coste del viaje, salvo que se tratara de un desplazamiento exclusivamente privado. En ese caso, debería abonar una tarifa que fija el Ministerio de Defensa y que suele rondar el precio de un vuelo de línea en primera clase, explica el diario 20 Minutes.
«Soy primer ministro. Me desplazo con los medios que conocen. No intenten crear falsos debates»,
respondió Valls, un político que inspira confianza al 69% de los franceses, según un sondeo publicado la pasada semana por Le Figaro.