No es común en los dictadores, pero ésta vez Nicolás Maduro, asumió la responsabilidad y la de su equipo en la situación que vive Venezuela tras años de crisis económica, social y política y habló de la necesidad de recuperar la estabilidad económica.
Maduro durante una jornada de trabajo del IV congreso del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela el 31 de julio de 2018, afirmó lo siguiente:
«Los modelos productivos que hasta ahora hemos ensayado han fracasado y la responsabilidad es nuestra, es mía (…) tenemos que echar adelante esa potencia económica que tenemos».
A pesar de ser un país altamente rico en recursos naturales e hidrocarburos, Venezuela enfrenta una dura crisis económica que ha generado el desabastecimiento de alimentos básicos y medicinas, el deterioro de los servicios públicos y una inflación, que según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, este año cerrará con un 1.000.000% (El Gran Apagón: La incompetencia de Maduro y los sicarios chavistas deja a oscuras Venezuela )
A lo largo de su mandato, Nicolás Maduro ha culpado por el mal desempeño de la economía del país, entre otros, a Estados Unidos y a la oposición venezolana, a quienes también ha acusado de haber desarrollado una «guerra económica» contra Venezuela.
Sin embargo, el propio presidente pidió a sus ministros cambiar las excusas por resultados:
«¿que el imperialismo nos agrede? basta de lloriqueos (…), ustedes no me ven lloriqueando a mí, no me ven lloriqueando frente al imperialismo. Que nos agreda, nos toca a nosotros producir con agresión o sin agresión».
Días antes, Maduro anunció una serie de medidas para dar una solución a la crisis. Entre esas figuran: levantar los impuestos a la importación de bienes de capital, suprimir cinco ceros al bolívar, revisar la ley de cambios y censar el parque automotor para promover el «uso racional» de la gasolina.
Aunque el mandatario estima que este programa de recuperación debería mostrar los primeros resultados en dos años, algunos analistas consultados por EFE consideran «insuficiente» el plan de recuperación de Maduro por no contar con ayuda financiera internacional, entre otros factores.
Con todo, Maduro insistió en que «Venezuela lo tiene todo para ser una potencia media en el marco de América Latina» y ratificó que su Gobierno tiene la meta de elevar la producción petrolera, motor de la economía de la nación, a seis millones de barriles por día (Juan Manuel Santos: «Veo cerca la caída del régimen de Maduro en Venezuela»).