Venezuela se está quedando sin reservas de oro. El Gobierno chavista de Nicolas Maduro se ha encargado de emplear el metal precioso para financiar a su régimen y encontrar una solución a incapacidad en la gestión y generación de riqueza. En el diario ABC indican que cuando Venezuela atraviesa su peor crisis económica y humanitaria, los venezolanos se ven obligados, por mandato de Nicolás Maduro, a ahorrar en oro comprando lingotes al Banco Central de Venezuela.
Esta nueva medida tiene más sombras que luces, cuando se tiene en cuenta que el Gobierno chavista es el mayor cómplice del fraude para desfalcar el oro venezolano, según ha podido conocer ABC. (Nicolás Maduro debe salir del poder, camino de un tribunal de Justicia y sin oro en los bolsillos)
Es prácticamente imposible calcular la cantidad de oro que existe en el Arco Minero de Venezuela. Sin embargo, se infiere que hay más de 8.000 toneladas que representa aproximadamente 243.000 millones de euros, sin contar las reservas de coltán, bauxita, cobre y diamante que también reposan en el lugar.
Estos yacimientos abarcan el 12% del territorio venezolano, es decir, son mayor a la superficie de Portugal, y podrían ser el arma que utiliza el régimen para financiarse. Las mafias criminales llamadas «sindicatos» que operan en la región son los responsables de la extracción del metal precioso y la venta en el exterior en países como Dubai por miles de dólares. (El dictador Nicolás Maduro, los verdugos chavistas y el saqueo de Venezuela)
«Cada vez llegan más personas a trabajar como mineros en Bolívar (estado al sur del país), es impresionante como han crecido los asentamientos cercanos a Upata y Tumeremo (dos localidades a pie de las minas) a raíz de la explotación ilegal de oro», dice Juan Sebastián dueño de una panadería en Puerto Ordaz, que además asegura que con la crisis económica hay quienes emigran al exterior y otros a Bolívar. A pesar de que no se tienen cifras oficiales, se cree que hay 40.000 personas involucradas en el fraude.
Un gobierno paralelo
En Venezuela, la ley reserva al Estado las actividades de exploración y explotación del oro y demás minerales, por lo que cualquier actividad de minería sin el consentimiento del Gobierno es ilegal. Pese a la existencia de la norma, los «sindicatos» -con la total connivencia del régimen chavista- están al mando de la zona y han instalado una especie de gobierno paralelo con sus propias reglas.
Miguel Martínez, nombre ficticio para proteger su identidad, es un intermediario en la larga cadena de mando de este negocio ilegal. «Los jefes tienen laboratorios donde se analiza el oro por la ley (su pureza), lo funden en hornos y hacen lingotes de medio kilo o un kilo. Después se lo llevan en avionetas privadas hasta Aruba donde lo certifican y lo venden en el exterior por miles de dólares», relata a este diario.
El oro más puro se rige por la ley 999, es decir que tiene 99,9% de pureza. Según el intermediario, el oro de mina varía entre la ley 990 o 984 ya que tiene otros minerales. También explica que para analizarlo cuentan con unas pistolas portátiles adquiridas en Estados Unidos que identifican las impurezas y otras aleaciones preciosas.
Cada pistola de estas tiene un valor aproximado de 25.000 dólares, en un país donde el sueldo mínimo de sus ciudadanos acaba de aumentar de 1,5 a 30 dólares. Martínez asegura que la «movida» es para Dubai porque es donde mejor pagan el oro venezolano disfrazado como arubano. «Producir un lingote puede costar alrededor de 20.000 dólares y se venden por 30.000 al mejor postor», explica.
La ley venezolana dice que el Gobierno tiene una participación no menor del 55% en las actividades mineras mixtas, pero Martínez apunta que para dejarlos trabajar les piden hasta el 70% de lo que extraen.
Los «sindicatos» y funcionarios del Gobierno venezolano han corrompido a los indígenas (alrededor de 16 etnias conviven en el territorio) para descubrir nuevas «bullas», en el argot minero una veta de oro. El negocio se está extendiendo y todos quieren obtener beneficios, por lo que los conflictos han aumentado en la zona entre bandas armadas, militares venezolanos y el grupo guerrillero colombiano ELN.