El derechista Jair Bolsonaro, un exmilitar de 63 años nostálgico de la dictadura, ha dejado claro desde el primer instante que comienza una nueva era en Brasil. Inmediatamente después de ganar este 28 de octubre de 2018 con un contundente 55% frente al 44% de Fernando Haddad, 55 años y del Partido de los Trabajadores, Bolsonaro se ha dirigido a sus compatriotas por Facebook, ha rezado con su familia y ha comparecido en televisión.
El candidato del Partido Social Liberal (PSL), se impuso en la segunda vuelta y rompió la tradición del Partido de los trabajadores que se habían impuesto en las últimas cuatro elecciones, así el pueblo brasileño confirma la ruptura con los partidos tradicionales y se declara en rebeldía contra la corrupción populista de los de Lula Da Silva.(Brasil elige a su próximo presidente y todo apunta a una holgada victoria de Jair Bolsonaro)
El capitán de la reserva del ejército brasileño y diputado federal desde hace más de dos décadas superó dcon facilidad al candidato petista Fernando Haddad.
La participación en estas elecciones marcadas por la polarización, el descrédito del PT luego del encarcelamiento de su líder, Luiz Inácio Lula da Silva, y el surgimiento de la polémica figura de Bolsonaro, un ultraderechista que promete una guerra contra el crimen y la corrupción y que fue apuñalado en plena campaña, se ubicó en el 78,81%.
En la primera vuelta había sido del 79,76%, por debajo del registrado en las últimas elecciones.
De esta manera Bolsonaro consolidó y amplió el apoyo recibido el 7 de octubre en la primera vuelta, cuando llegó al 46,03%, a sólo cuatro puntos de imponerse en esa instancia, y logró alejarse de Haddad, que alcanzó el 29,28%, y Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), que llegó al 12,47%.(Brasil: Las encuestas dan por vencedor al derechista Jair Bolsonaro en la batalla por la presidencia)
El nuevo mandatario del país más grande y poblado de América Latina asumirá en el Palacio do Planalto en Brasilia el 1 de enero de 2019 junto a su vicepresidente Antônio Hamilton Mourão, ex general del ejército que pasó a retiro este año para sumarse a la campaña.
Reemplazará de esta forma a Michel Temer (PMDB), quien accedió a la presidencia en 2016 luego de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff (PT), primero en forma interina y luego de manera estable hasta la celebración de estas elecciones. Temer había sido vicepresidente de Rousseff, por lo que accedió al máximo cargo luego del
juicio político y de acuerdo a la Constitución brasileña.
Bolsonaro rompió, de esta manera, con el dominio del PT, que se había impuesto en las elecciones de 2014, 2010, 2006 y 2002, gobernando Brasil durante 14 años primero a través de Lula, ahora cumpliendo una condena por corrupción en el contexto de la operación anticorrupción «Lava Jato», y luego con Rousseff a la cabeza.
Su fugaz ascenso de este año tuvo lugar en medio de un fuerte descrédito del PT y de prácticamente todos los partidos políticos tradicionales en Brasil, golpeados por los escándalos de corrupción primero del Mensalão y luego el Petrolao, así como también de un contexto de crisis económica y un fuerte aumento de la criminalidad.
Con un fuerte discurso homofóbico, xenófobo y misógino, pero también con promesas de luchar contra el crimen y la corrupción, Bolsonaro generó un enorme revuelo en Brasil durante la campaña, generando apoyos y rechazos y consolidándose como la primera opción.(Jair Bolsonaro promete «barrer Brasil con los rojos marginales» )