Artículo de Opinión

William Cárdenas: Venezuela, ¿en dónde estamos?

William Cárdenas: Venezuela, ¿en dónde estamos?
Venezolanos

Responder esta pregunta a finales del 2018, nos obliga a precisar, primero de dónde venimos, a fin de poder pronosticar una hipótesis de, hacia dónde vamos? (William Cárdenas: Maduro, Pablo Iglesias se rajó)

1º.- ¿De dónde venimos? Como no se trata de elaborar un tratado de nuestra desgracia, vamos a resumir diciendo que venimos de los 20 años más aciagos de nuestra historia, en los que hemos perdido todo lo que habíamos avanzado durante el Siglo XX como sociedad civilizada, como nación libre, y como estado de derecho. (William Cárdenas: Podemos o el Populismo necrofílico)

Este descalabro histórico ha sido causado por la aventura populista del Socialismo del Siglo XXI, que llegó a nuestra patria disfrazado de Revolución Bolivariana, para definirse en lo que realmente hoy rige los destinos de la patria: Una Organización criminal, con nexos manifiestos con el narcotráfico, vinculada al terrorismo internacional, a la corrupción generalizada, que asombra a jurisdicciones internacionales y con sus líderes denunciados por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante estas dos últimas décadas.

2º.- ¿En dónde estamos? Arribamos a este 2019 con un escenario de deslave general hacia el abismo, que arrastra a millones de venezolanos sometidos al crimen de exterminio generalizado, por la falta intencional de alimentos y medicinas, y por la violación sistemática de los derechos humanos, que ha obligado a un 10 por ciento de la población a huir del país. Esto se traduce:

A) En lo económico, al fracaso total del estatismo populista y de todas las políticas económicas, que han creado marcos indescifrables, en donde la escalada de la inflación es difícil de predecir hasta para los más connotados economistas; con una moneda que vale menos que nada; las empresas básicas, incluida PDVSA, en ruinas; la destrucción total del aparato industrial, empresarial y productivo, tanto en el campo como en ciudad; los recursos minerales rematados a potencias extranjeras a precio de saldo; con el nivel de las importaciones por debajo de los 13.000 millones de $, lo que amenaza con conducir a una hambruna a la población; y lo peor, con la organización criminal aferrada al poder, destinando la poca inyección de recursos, a la generación de alianzas y adquisición de equipos bélicos, para garantizar su permanencia en el poder.

B) En lo social, la desesperación y la incertidumbre se extienden por todo el territorio nacional, y conducen al éxodo sin control y hasta favorecido por el régimen. Mientras más salen del país, menos bocas hay que mantener en este modelo clientelar, en dónde los clientes que quedan, fueron a votar, en las elecciones de alcaldes y concejales de principios de diciembre, por la promesa presidencial de repartir esta navidad perniles y alimentos, que nunca llegaron a su destino. Ahora la frustración y la reacción ante este engaño, conduce a que las protestas lleguen hasta las propias puertas del Palacio de Gobierno.

C) En el exterior, la presión internacional y la persecución pre judicial contra los jerarcas de la organización no cesa, tanto en forma de sanciones individuales, como por la amenaza latente de que finalmente en la Corte Penal Internacional de La Haya se inicie la investigación por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela. Los que iniciamos este proceso hace 16 años nunca hubiéramos imaginado lo que hoy es una realidad: Nueve (9) países: Colombia, Argentina, Chile, Perú, Paraguay, Canadá, Francia, Alemania y Costa Rica, respaldan públicamente las denuncias y hacen «lobby» para vencer los obstáculos que se mantienen en la CPI. A ello se suman los pronunciamientos de organizaciones internacionales como la OEA, el Parlamento de la UE y la propia ONU, que el 25 de septiembre pasado acordó incluir el mecanismo de la Responsabilidad de Proteger (R2P), en el estudio de la tragedia venezolana.

D) En lo geo-político: La pretendida proclamación de facto de Nicolás Maduro el próximo 10 de enero, para el ejercicio presidencial del período 2019-2025, encuentra la resistencia y el anunciado desconocimiento de muchos países de la región, de la Unión Europea y de los Estados Unidos de América, que colocarán al régimen al borde del precipicio. En efecto, el Grupo de Lima, el Secretario General de la OEA, la Alta Representante del Parlamento Europeo para Asuntos Exteriores y muchas otras voces, se han alzado en contra de esta alternativa. El primero que llamó la atención sobre este asunto fue el Canciller español, Josep Borrel, que colocó esta fecha como límite para el cambio del enfoque de la política exterior de este país hacia Venezuela, y no podemos olvidar la influencia que ejerce España en el seno de Europa, en relación a los procesos políticos de los países Iberoamericanos. El intento de diálogo desesperado de José Luis Rodríguez Zapatero, mediante la creación de un grupo de contacto en el seno de la UE, no logra prosperar, y no parece que habrá salida negociada antes de la citada fecha. China y Rusia, aún con el traslado propagandístico de aeronaves, están resignadas y sólo les interesa salvar los muebles. Cuba ya no cuenta en este tablero de grandes potencias y abandonará a Maduro a su suerte, pues tiene pocas expectativas de seguir obteniendo beneficios tangibles de Venezuela.

3º.- ¿Hacia dónde vamos? Tal vez esto sea lo que más nos interesa. Vamos hacia un desenlace imprevisible en las formas, pero sí vaticinable en sus resultados. Los recientes movimientos de los factores involucrados, nos dan pistas acerca de lo que puede pasar. Veamos: El Canciller Colombiano Carlos Holmes Trujillo, acaba de desvelar un plan para atentar contra el Presidente Iván Duque, en el que aparecen venezolanos como presuntos implicados; la toma de posesión el próximo 1º de enero del nuevo presidente del Brasil Jair Bolsonaro, con toda su carga anti izquierdista; y lo más capcioso, la visita el 2 de enero, del Secretario de Estado de los EE.UU, Mike Pompeo, tanto a Brasil como a Colombia, pistas que pueden tener elementos de conexión, máxime si tomamos en cuenta que el tema capital a tratar por el ex Director de la CIA, es justamente Venezuela. En política exterior estas «casualidades», tienen lectura particular, especialmente si a ello añadimos el cada vez

más perceptible descontento en sectores de las fuerzas armadas venezolanas, que obviamente no están dispuestos a seguir a su jefe en su camino hacia La Haya, así como de algunos factores disidentes del chavismo/madurismo. Si esta presunción se materializa, los venezolanos tendremos, de nuevo, un mes de enero que podría marcar nuestra historia.

William Cárdenas Rubio-Vargas

Director de Consultores Cárdenas

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