La periodista Cayetana Álvarez de Toledo, ha abordado una vez más la dura crisis humanitaria que padece Venezuela, pero con un enfoque que permite ver con meridiana claridad el posicionamiento del Papa Francisco y del Vaticano ante el sufrimiento de un pueblo oprimido.
Directa y al grano, «Jorge Mario Bergoglio, alias el Papa, ha dicho que el Vaticano mantiene una actitud de «neutralidad positiva» respecto al último capítulo del drama venezolano. Bueno, no lo ha dicho él. Le ha pedido a su secretario de Estado que lo diga.» así ha dicho la periodista en su columna de El Mundo que lo vergonzoso del planteamiento esquivo de la Santa Sede.(Cardenal Parolin: «La actitud de la Santa Sede sobre Venezuela es de neutralidad positiva»)
Pero ante la injusta y fría postura, la madrileña les recuerda, con información a los líderes de la Iglesia Católica, el infierno apellidado «el Helicoide», diseñado por la dictadura chavista para retener, torturar y asesinar a quienes piensan diferente, seguramente algo de ello se dirá en la biblia.
En una calle tranquila del municipio de Chacao hay un edificio, casi furtivo, de dos plantas y fachada blanca, inmaculada. Esa limpieza es lo único que sorprende en una ciudad carcomida por el chavismo.
Hace unos días la BBC estrenó un documental sobre el Helicoide. «El mayor centro de torturas de Venezuela», lo llama. Incluye entrevistas con dos ex funcionarios del SEBIN que corroboran las denuncias sobre ese lugar inmundo: la arbitrariedad, el hacinamiento, el garrote, la brutalidad. Sin embargo, quizá porque conozco a muchas de sus víctimas, porque he oído de sus labios cómo huele una celda con cincuenta cuerpos deshechos o cómo suena una violación con el cañón de un fusil, esa parte del documental no me impresionó.
Los detalles que aporta la exdiputada dejan frío a cualquiera, claro no a Bergoglio. Además de hablar del centro de tortura, aborda las circunstancias padecidas por presos políticos como Daniel Ceballos, Leopoldo López o Raúl Emilio Baduel y sus familias, así como la persecución chavista de la cual sus propias experiencias dan muestra.()
Es lamentable que hayan oídos que se hacen sordos ante la tragedia que padece Venezuela bajo la bota chavista, pero la historia no perdonará a aquellos que hicieron la cara a un lado y evadieron sus responsabilidades haciéndose cómplices de muertes y pesares de tantos inocentes.(El papa Francisco se lava las manos como Poncio Pilato en los casos de Nicaragua y Venezuela)