Los seguidores de la dictadura de Nicolás Maduro se han reunido en Madrid. Así como ya es tradición en las manifestaciones a favor del régimen chavista, la convocatoria se llenó de los miembros del Partido Comunista Español, de los defensores de la República española y los seguidores de Podemos. Sin embargo, ¿dónde están los venezolanos? Sólo el exembajador Mario Isea y representantes de la Embajada y Consulado estaban presente para defender lo indefendible. ( La pantomima de manifestación a favor de Maduro en Sol: Mentiras, incoherencias y escasez de venezolanos )
La nacionalidad venezolana no era la única gran ausente, el sentido común tampoco hizo acto de presencia. Un español entrevistado asegura que la ayuda humanitaria era una gran falsa, pero no ha sabido qué decir para argumentar el asesinato de civiles que sólo buscaban trasladar comida y medicamentos a las zonas más empobrecidas del país. Por el contrario, sólo se ha limitado a repetir las acusaciones de que los alimentos estaban contaminados con productos cancerígenos. (Vídeo: Los ‘matones’ del embajador de Maduro en España reniegan de Guaidó y acosan a un redactor de PD América)
Una mujer, de nacionalidad ecuatoriana y totalmente contraria «al imperialismo«, afirmó que estaba en contra de la presencia de Estados Unidos en la región. Sin embargo, su pasión por la libertad y autodeterminación de los pueblos quedó minada al reconocer que «si queremos que estén los rusos y los chinos, son los mejores países del mundo». Dos países que son reconocidos internacionalmente tanto por sus controles a la libertad como por la violación de los derechos humanos.
Los mensajes de las sanciones, guerra económica y bloqueo norteamericano no podían faltar y se han convertido en un clásico de la manifestación. Una vez más, el silencio de los asistentes cuando se les recordaba que las sanciones han sido implementadas desde el año 2014 y contra personas en particular (acusadas de violación de derechos humanos y corrupción), por lo que no tendrán un impacto directo sobre las finanzas del país.
Al final, y ante la falta de argumentos, sólo queda la salida habitual: intentar descalificar a los medios de comunicación o a quienes llevan la contraria. Por ejemplo, al grupo de unos cinco jóvenes venezolanos que dejaron en evidencia la mentira chavista, poniendo en evidencia las necesidades que se viven en el país, el asesinato de quienes sólo llevaban alimentos y medicamentos e, incluso, el uso de la violencia organizada para dar la razón a un régimen que sólo busca perpetuarse en el poder.
«Había un chico que tenía el rostro tapado con una bandana que decía ‘Colectivos’ y con todo el orgullo posible. ¿Saben qué son los colectivos?, son los asesinos, los que sacan de las cárceles con armas para que disparen al pueblo».