(Máximo Esperanza, Periodista Latino).- Hace pocos días la denuncia arrancaba de Clarín, ahora le ha tocado a La Nación, y «cuando el río suena, piedras trae». Lo cierto es que se están registrando demasiadas denuncias de medios que advierten de estar siendo víctimas de espionajes por internet. Esta es la situación.
Lo explica en su edición de este martes, el rotativo argentino La Nación que explica con lujo de detalles lo que están viviendo algunos de sus periodistas.
Este es el artículo que bien vale la pena leer por eso de que la experiencia enseña….:
Hackearon numerosas casillas de e-mail, entre ellas, la del director de LA NACION y del jefe de Espectáculos de este diario; las posibles técnicas para el robo de datos y las palabras de dos perjudicados a LANACION.com
En los últimos días, una serie de denuncias públicas y ante la justicia dieron cuenta de la existencia de supuestos espionajes a los correos electrónicos de periodistas argentinos.
Uno de los primeros casos fue denunciado por Daniel Santoro, editor del diario Clarín. Ese caso llegó a la justicia, que investiga una presunta violación del e-mail del periodista que contenía información de una entrevista off the record con el juez federal Daniel Rafecas, a cargo de una causa por una red internacional de narcotráfico.
Pero hoy se sumaron nuevas denuncias públicas: la de Luis Majul y Ernesto Tenembaum. En el caso del primero, durante el fin de semana, algunas personas recibieron desde una casilla a nombre de Majul un mail en el que se llamaba a boicotear al diario Clarín, pero que contenía datos privados, como usuarios y contraseñas, de más de 20 periodistas y personas relacionadas con los medios de comunicación.
Ese correo contenía una dirección de Internet en la que se publicaban en un cuadro las webmail de ciertos periodistas, con el nombre de usuario y contraseña correspondiente, el nombre de la persona y el medio para el que el trabajan.
Bajo la consigna «Podemos ver claramente cómo se compra y vende la ´Opinión Pública´ el autodenominado ´GRAN DIARIO ARGENTINO´. ARMAGEDON. EL JUICIO FINAL HA COMENZADO. BOICOT AL GRUPO CLARIN YA !!!!!!!!!!», desde el mail se invitaba a ingresar con este mensaje (reproducido textualmente) a las páginas de webmail de los periodistas.
Entre ellos figuraban el director del diario LA NACION, Bartolomé Mitre, y el jefe de Espectáculos de este diario, Pablo Sirvén. La lista estaba encabezada por el CEO del grupo Clarín, Héctor Magnetto, y, entre otros, estaban los datos de Santoro, Walter Curia, Juan Carlos Algañaraz, María Laura Avignolo, también de Clarín; Déborah Pérez Volpin y Marcelo Bonelli, de Canal 13; además de otros periodistas de la editorial Perfil, de la productora Pol-ka, o de la desaparecida revista TXT.
En el caso de las casillas de LA NACION, desde seguridad informática de la empresa se las dio de baja automáticamente tras comprobar que, en efecto, los datos que contenía el mail con usuarios y contraseñas eran ciertos.
Perjudicados. «Tengo cierta impresión que hay una escalada en esto tras la denuncia de Santoro», reflexionó Sirvén en diálogo con LANACION.com. Relató que se enteró porque en un blog había aparecido esta lista con los datos de los periodistas publicada como comentario de un lector y el creador de ese sitio, previa eliminación del comentario, lo alertó. Al llegar a su casa se encontró, además, con el mail enviado desde la casilla de Majul y un llamado del propio periodista para avisarle que él no había mandado ningún mensaje.
«Esto te deja muy inseguro. A partir de ahora tomaré la precaución de cambiar la clave más seguido y usar el mail de manera muy escueta», agregó Sirvén.
Sostuvo que nunca había vivido una situación similar, o, al menos, no se había enterado. «Lo que más me inquieta es que podían enviar mensajes a mi nombre, y no tanto por el contenido de mis mails», concluyó.
A la justicia. Según relató Majul a este medio, mañana presentará ante el juzgado de Guillermo Montenegro, que tiene la investigación por el presunto espionaje a Santoro, su denuncia.
“Esto no es un chico que está jugando, es muy fácil deducir que hay una gran organización detrás, lo que siento es que quieren generar confusión, caos, ruido. En la Argentina, cada vez que se sube el tono entre el poder y la prensa siempre hay alguien que mete la cuchara para hacer ruido”, opinó con dureza Majul.
Agregó, sin embargo, que no culpa específicamente al Gobierno, pero, sostuvo: “Cuando hay tensión aparece la mano dura desocupada, con mucho olor a servicio, generando esto”.
En tanto, como miembro de Fopea, reiteró un pedido al presidente Néstor Kirchner. “Por favor, le pedimos que abra los archivos de la SIDE para que nos ayude a saber si hay, tal como denunció públicamente, periodistas que cobraron en la época de [Carlos] Menem y [Fernando] De la Rúa. El Presidente nos mandó a los periodistas a que investiguemos, pero la alternativa es que desclasifique los archivos. Me parece un despropósito que el presidente desinforme”.
En el caso denunciado por Ernesto Tenembaum, el periodista sostuvo públicamente en su programa de radio Mitre, esta mañana, que su casilla de mail había sido violada por «hackers» y vinculó el hecho a posibles «servicios de inteligencia». Según sostuvo, varios allegados y políticos habían recibido copias de algunos de sus mensajes privados.
El periodista afirmó que lo que se envió de su casilla privada eran conversaciones con funcionarios y jueces y que lo advirtió porque al llegar hoy a la radio, su compañero Marcelo Zlotogwiazda le comentó que había recibido un mail suyo con el contenido de conversaciones privadas que supuestamente Tenembaum mantuvo, en su correo de Hotmail, con el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni; el intendente de Quilmes, Jorge Villordo; con el ex fiscal Pablo Lanusse y con el periodista Santoro.
¿Cómo se roban los datos? . El correo electrónico es uno de los servicios más vulnerables. Existen diferentes técnicas para poder tomar el control de una cuenta personal, es decir, robar el nombre de usuario y contraseña de una persona.
También, con un poco de conocimiento en el tema, hasta es posible enviar mensajes en nombre de otro con sólo conocer su casilla de correo.
Una de las metodologías más utilizas actualmente para el robo de identificaciones es el phishing . Su accionar es simple. La «víctima» recibe un e-mail procedente de un origen «conocido» –una entidad bancaria, por ejemplo-, que le solicita ingresar a una página específica para dejar sus datos personales, con algún fin en particular –actualización de la base de datos-.
La trampa está en la página. Pero no es reconocida a simple vista dado que la misma está diseñada de manera idéntica a lo que sería una página del servicio oficial. Al no ver nada extraño, la «víctima» ingresa los datos solicitados de manera confiada sin saber que, automáticamente, caerá en manos del «ladrón».
