(Periodista Latino /Agencias).- La presidenta Michelle Bachelet enfrentará hoy su primer «paro social» convocado por estudiantes de secundaria que ya la obligaron a dar concesiones no contempladas en su programa de gobierno, pero que no satisficieron a los jóvenes. Las movilizaciones han dejado a cientos de detenidos y cuantiosos daños materiales, además de agresiones a periodistas por parte de la policía. Hoy se teme que la historia se repita.
Los adolescentes exigen básicamente más calidad en la educación y pasajes gratuitos en el transporte público, punto rechazado por el Gobierno por su alto costo.
La protesta estudiantil es la mayor de este sector en más de tres décadas, ante una Bachelet que aún no cumple tres meses en el poder.
Se la conoce como la «revolución de los pingüinos», por el color oscuro del uniforme escolar, que incluye una camisa blanca que asemeja a los jóvenes con esas aves.
Los secundarios, que tienen entre 13 y 17 años, mantienen el llamado a paro pese a que algunos grupos parecen querer negociar con el Gobierno.
Bachelet dijo que es un derecho democrático manifestarse, pero:
«En forma responsable, seria» y sin «vandalismo».
La convocatoria, a la que ya se plegaron universitarios y profesores, es a mantenerse en las escuelas o lugares de trabajo y a no marchar.
Bachelet, cuyo programa enfatizaba ampliar la educación preescolar, fue obligada por los secundarios a centrar su atención en la calidad de la enseñanza, de la que todos hablan en Chile.
Dirigentes estudiantiles demandan cambios en la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza que firmó el ex dictador Augusto Pinochet un día antes de entregar el poder, el 10 de marzo de 1990, y que consagró distintos tipos de educación, según el ingreso económico.
Bachelet ofreció enviar un proyecto de reforma al Congreso y también mejorar la jornada escolar completa que, según los jóvenes, les agregó más horas de clase, pero no calidad.
50% de los más de tres millones de estudiantes chilenos asisten a 6.138 colegios municipales; 42% van a colegios privados subvencionados, y 8% restantes pertenecen a las 930 escuelas privadas del país.
El Estado invierte $57 (unos 80 dólares) mensuales por estudiante. Los padres pagan desde 380 dólares al mes en la educación privada.
