"si pones en un cartel "diario de un asesino", no pasa nada, pero pones "diario de una ninfómana" y todos se escandalizan"
«La gente podría pensar que era casi un producto porno, pero no. Entré al proyecto teniendo claro que el director quería abordar el tema sexual de una manera muy elegante», comenta Belén Fabra, protagonista de Diario de una ninfómana, filme que se estrena este jueves en salas limeñas.
«Me parecía muy interesante esa suerte de contradicción: que una persona tan sexual pudiera ser también tan inocente. Me parecía muy bonito», cuenta sobre su personaje la actriz española.
Basado en el «best seller» autobiográfico de Valerie Tasso, el filme narra la historia de una mujer cuyo deseo sexual la enfrenta con los prejuicios de la sociedad. «Con Valerie Tasso nos llevamos muy bien desde el principio, porque quedó claro que no queríamos hacer una película solo sobre sexo, sino que nos interesaba lo que pasaba por la cabeza de esta mujer», explica Christian Molina, director del filme.
En palabras de Molina, el centro del filme es el conflicto entre el personaje y su entorno: «La sociedad no está preparada para que una mujer se comporte con esa libertad sexual; por eso, la vida se le complica a Valerie. Pero a un hombre nunca se le complica la vida por esa razón», explica. Y no es una historia solo del personaje de la película. Esa reivindicación de la libertad sexual femenina también enfrentó a la película con los prejuicios de la sociedad, puesto que el afiche del filme fue censurado en varios lugares. «Lo que les molestó no fue la imagen del afiche, sino la palabra «ninfómana»», explica Molina, «si pones en un cartel «diario de un asesino», no pasa nada, pero pones «diario de una ninfómana» y todos se escandalizan».
El filme cuenta con la bella Belén Fabra en el papel principal («Tuve que defenderla ante los productores, porque todos se habían imaginado una mujer voluptuosa para el papel y no alguien con alma en la mirada como Belén», cuenta Molina), y las actuaciones secundarias de Geraldine Chaplin y Leonardo Sbaraglia, cuyo papel, lamentablemente, fue editado más allá de lo recomendable para acortar el filme.