¿Qué tipo de ayuda puede recibir un delincuente que ve a estas vedettes con esas ropitas tan cortitas?
El Gobierno de Perú ha prohibido definitivamente el ingreso de bailarinas a las cárceles del país, después de que se generara un tremendo alboroto el fin de semana, en una prisión limeña, cuando un grupo de «artistas» ataviadas con con plumas y lentejuelas intentó montar un espectáculo.
«¿Qué tipo de ayuda puede recibir un delincuente que ve a estas vedettes con esas ropitas tan cortitas y moviéndose provocativamente?», se queja amargamente el ministro de Justicia, Aurelio Pastor.
Por ahora, el asunto se ha llevado ya por delante al subdirector de la cárcel San Jorge, en el centro de Lima, que fue donde se montó el gran alboroto de las lentejuelas.
«A partir de este momento quedará estrictamente prohibido ingresos de esta naturaleza porque no contribuyen a la rehabilitación de los presos».
Las bailarinas de dos grupos que se llaman «Las tremendas de la cumbia» y «Los angeles de fuego», llegaron hasta la prisión y descendieron de su autobús sólo ataviadas de minúsculos tangas. Según ellas, iban listas para danzar ante los presos por el Día del Adulto Mayor.
«Como toda mujer, nosotras somos coquetas y queremos salir muy guapas para nuestro público, el cual también merece respeto», explica Vanessa Valencia, danzarina de Las tremendas de la cumbia.
«El ministro no debería referirse así a quienes somos cantantes, bailarinas, animadores, porque, como sabrá, este trabajo no es fácil. Nosotros somos unas chicas muy preparadas».
Las autoridades penitenciarias puntualizan que las bailarinas no llegaron a realizar espectáculo alguno por no contar con la autorización correspondiente. En los medios de comunicación locales se añade que había poco baile en el programa, porque la clave de esta visita y otras similares, es hacer negocio con «encuentros sexuales».
