Una recuperación global más débil de lo previsto podría provocar una caída simultánea de las exportaciones y las remesas
El organismo había pronosticado en julio que el Producto Interior Bruto (PIB) de la zona caería un 2,6 por ciento este año y aumentaría un 2,3 por ciento el que viene.
El Fondo precisa en su informe semestral «Perspectivas Económicas Mundiales» divulgado hoy que la recuperación no será, de todos modos, uniforme en toda la región.
En el pelotón de cabeza se situará Brasil, que crecerá un 3,5 por ciento el próximo año impulsado por su mercado doméstico, sus crecientes vínculos con Asia y su diversificado sector exportador.
Perú será otro de los países que repuntará con fuerza en el 2010, cuando se espera que el Producto Interior Bruto (PIB) crezca un 5,8 por ciento, desde el 1,5 por ciento de este año.
También destaca la evolución de Chile, que crecerá un 4 por ciento en 2010 tras haberse contraído un 1,7 por ciento en 2009, según el informe del fondo.
Menos bríos tendrá México, el país más golpeado por la crisis y cuya recuperación será más lenta que la del resto de grandes economías de la zona debido a su gran dependencia de Estados Unidos y de las exportaciones de productos manufactureros.
En concreto, el FMI calcula que el PIB mexicano se contraerá un 7,3 por ciento en 2009 y volverá a crecer en 2010, un 3,3 por ciento.
En términos generales todas las economías de la zona registrarán en 2010 tasas de crecimiento positivas, con la excepción de Venezuela, que experimentará una contracción del 0,4 por ciento, tras un crecimiento negativo previsto del dos por ciento para este año.
El FMI apuntó que las economías del área se ven ayudadas por la mejoría en las condiciones en los mercados financieros y de materias primas a nivel global.
A eso se suman unos marcos fiscales más sólidos que propiciaron la puesta en marcha de paquetes de estímulo.
En el terreno positivo, el informe del Fondo destaca también que los flujos de capital han vuelto a desembarcar en la región y la producción industrial ha repuntado en muchas economías, sobre todo en Brasil.
El estudio insiste, al mismo tiempo, en la esperada caída de la inflación, que se prevé disminuya desde el alrededor del ocho por ciento en 2008, al 6,1 por ciento este año y el 5,2 por ciento durante el próximo ejercicio.
Venezuela seguirá siendo la excepción a la regla, con tasas de inflación que rondarán el 30 por ciento este año y el próximo debido en gran parte al elevado gasto público.
El Fondo recuerda también en su informe que sigue existiendo polémica sobre la fiabilidad de los datos inflacionarios divulgados por el Gobierno argentino.
Destaca, por lo demás, que la oportuna implementación de los paquete de estímulo en la región, que fluctuaron desde el 1,5 por ciento del PIB en Brasil a alrededor del tres por ciento en Chile, ayudó a la recuperación.
Además el organismo insistió en que los mayores programas de cobertura social han mitigado los costes sociales de la crisis.
Aun así, el informe destaca que la caída de los precios del petróleo y la menor actividad económica han provocado un fuerte deterioro en los balances fiscales de algunas economías como Venezuela, lo que a su vez ha reducido de forma significativa el espacio para paquetes de estímulo adicionales
Por lo demás, y pese a las señales de estabilización, el Fondo subrayó hoy que aunque los riesgos han disminuido todavía existen motivos para la preocupación.
«Una recuperación global más débil de lo previsto podría provocar una caída simultánea de las exportaciones y las remesas», alerta el estudio del Fondo, que señala que eso frustraría las posibilidades de mejora en algunas economías del área.
Además, un empeoramiento de la situación financiera a nivel global, podría «aumentar los costes de financiación y reducir los flujos de capital, lo que afectaría a algunos de los gobiernos y empresas más vulnerables de la región».
A medio plazo, el FMI considera «esencial» que la zona refuerce sus políticas fiscales.