Las agresiones más numerosas que se ejercen contra las mujeres son golpes contundentes, insultos, amenazas, abusos sexuales y violaciones
Las mujeres hondureñas, principalmente aquellas que se han manifestado en contra del golpe de Estado en Honduras, han sido víctimas de actos de violencia, insultos, agresiones, despidos improcedentes, abusos sexuales y violaciones.El grupo Feministas en Resistencia de Honduras y el Observatorio de la Transgresión Feminista, denunciaron ayer en una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que con el golpe de Estado los avances logrados por las mujeres en los últimos años y las últimas décadas se ven en «serio peligro».
«En un conflicto político como el que existe en Honduras, nuestro cuerpo de mujer se ha convertido en un campo de batalla, en la medida en que somos activas en las manifestaciones», sostuvo Jessica Fonseca, de Feministas en Resistencia.
Soraya Long del Observatorio de la Transgresión Feminista indicó que las mujeres más afectadas por la violencia ejercida por las fuerzas del Estado son aquellas que participaron y participan en manifestaciones en contra del golpe que derrocó el pasado 28 de junio a Manuel Zelaya.
Desde el golpe, ha habido más de 39 manifestaciones, disueltas por la fuerza, y a raíz de ellas ha habido entre 4.000 y 6.000 detenciones ilegales, de las que solo en los primeros días se han producido unos mil arrestos, explicó Long.
Las organizaciones no disponen del número de mujeres detenidas en manifestaciones, pero sí indicaron que se han registrado más de 400 casos de violaciones a sus derechos, de los cuales solamente se han procesado 240 testimonios.
Un total de 130 personas fueron procesadas, de las que 12 son mujeres, señaló Adelay Carías Reyes, de Feministas en Resistencia.
Las agresiones más numerosas que se ejercen contra las mujeres son golpes contundentes, insultos, amenazas, abusos sexuales y violaciones.
Entre los actos de violencia, según estas organizaciones, sobresale la violencia sexual ejercida por militares y policías contra mujeres en el país centroamericano.
Existen 23 casos de los 240 testimonios recogidos en los que las mujeres manifestaron haber sido víctimas de estos actos.
En total ha habido siete violaciones sexuales por policías nacionales, denunciaron Carías, Fonseca y Long.
Además, doce mujeres han sido acusadas de sedición.
Carías explicó que después del golpe de Estado «los avances logrados por las mujeres se ven en serio peligro».
Relató que se ha perseguido a compañeras que se han manifestado en contra del golpe, se han producido amenazas contra mujeres, despidos improcedentes, incluidas seis coordinadoras de oficinas de la mujer de Honduras.
Para Carías, el golpe de Estado supone «un retroceso incalculable para nosotras», dado que las circunstancias y la violencia no «nos permiten seguir con la conquista de los derechos de las mujeres».
Las dos organizaciones cursaron ante la CIDH una «solicitud urgente» para que inste al Estado hondureño que ordene a las fuerzas de seguridad el cese inmediato de la violencia contra las mujeres.
Carías expresó su esperanza de que la CIDH, la Organización de Estados Americanos (OEA) y toda la comunidad internacional comprendan que sus esfuerzos deben ir más allá de conseguir un proceso electoral y unas elecciones legítimas en Honduras tras el acuerdo alcanzado el viernes pasado entre el Gobierno de facto de Roberto Micheletti y el depuesto presidente Manuel Zelaya.
«Se trata de salvaguardar lo que hemos logrado en estos más de 20 años de trabajo» en favor de las mujeres, concluyó.