Castro denunció la intención de Washington de adueñarse de Venezuela para cortar el suministro de petróleo a varios países de la región, entre ellos Cuba
El ex presidente cubano Fidel Castro cobró protagonismo ayer lunes en la cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que se celebra en La Habana y, aunque no apareció en persona como se llegó a barajar, lo hizo a través de una carta en la que criticó la «sonrisa amable» del jefe de Estado norteamericano, Barack Obama.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, fue el encargado de leer la carta de su amigo Castro. La misiva sirvió para denunciar la intención de Washington de adueñarse de Venezuela para cortar el suministro de petróleo a varios países de la región, entre ellos Cuba, que recibe anualmente 115.000 millones de crudo bajo un contrato especial.
«Son obvias las intenciones reales del imperio, esta vez bajo la sonrisa amable y el rostro afroamericano de Barack Obama», denunció Castro, de 83 años. A su juicio, «el imperio está de nuevo a la ofensiva».
Citó como ejemplo el golpe de Estado en Honduras y denunció que Estados Unidos lo apoya en un contexto en el que trata de movilizar «a las fuerzas derechistas de América Latina para golpear a Venezuela y con ella a los estados del ALBA».
Chávez explicó que él y otros líderes de la Alternativa se reunieron este lunes con Castro en el lugar donde permanece desde que abandonase la vida pública hace tres años y medio. El ex dirigente, al que sucedió en la presidencia isleña su hermano Raúl Castro, sigue presente en la vida política de Iberoamérica mediante sus habituales artículos en prensa.