Los 101 niños recuperados, el «mejor Nobel» para las Abuelas de la Plaza de Mayo

Los 101 niños recuperados, el "mejor Nobel" para las Abuelas de la Plaza de Mayo
. Agencia EFE

Justo un día después de que Abuelas de Plaza de Mayo fueran nominadas al Premio Nobel de la Paz, su vicepresidenta, Rosa Roisinblit, admitió en Bogotá que su «mejor» distinción es haber encontrado ya 101 niños secuestrados durante la dictadura argentina.

«Se les borró su historia, se les borró su origen, se les borró su identidad. Nosotros logramos encontrarles y devolverles todo eso, reincorporarlos a su vida normal, a la libertad. Ese es nuestro mejor Premio Nobel», aseguró en una entrevista con Efe.

Su débil apariencia de nonagenaria y su lento caminar ayudado por un bastón son solo el envoltorio de un torrente de fuerza que aún despliega para recorrer el mundo en conferencias y congresos, como el de Trabajo Psicosocial en Desaparición Forzada, Procesos de Exhumación, Justicia y Verdad, en Bogotá.

Propuestas sin éxito en otras ocasiones al Nobel de la Paz, esta nominación para Abuelas de Plaza de Mayo supone, a su juicio, «solo un pasito más» para una entidad que ha logrado que cerca de 3.300 jóvenes argentinos hayan acudido a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para investigar su procedencia.

Se calcula que medio millar de bebés fueron robados a sus padres durante la dictadura militar, razón suficiente para «seguir buscando, ya que hemos encontrado a 101, pero aún quedan centenares», aseguró.

Y aún siendo consciente de que le quedan pocos años de vida para lograr ese objetivo, «que lleva su tiempo», a Roisinblit le queda la tranquilidad de saber que ya tiene el «recambio» a ese motor que nunca se ha apagado en 33 años de búsqueda incansable, cuando empezaron siendo «abuelas» y ahora ya son «reabuelas», ironizó.

«El día en que ya no estemos, porque somos conscientes de que nadie vive eternamente y somos todas personas muy mayores, tenemos el recambio de mucha gente joven que está trabajando en Abuelas, con Abuelas y para Abuelas».

Una nueva generación integrada en muchos casos por aquellos niños que consiguieron recuperar su identidad años después, por hijos de padres también desaparecidos y por profesionales que prestan sus servicios de forma solidaria, como psicólogos, abogados y genetistas.

A ese apoyo se añade la «satisfacción» de haber contado con la ayuda de «todos los Gobiernos constitucionales» y, sobre todo, del pueblo argentino, que «aún durante la dictadura se acercaba a nosotros para decirnos dónde podía haber un hijo desaparecido, y así los hemos ido encontrando».

«Pasarán meses, años, pero finalmente tendrán que asumir su identidad. Una vez la obtienen son libres, hacen lo que quieren. Cada uno goza de su libertad, cosa que no tenían cuando estaban apropiados, porque ahí se les borró su historia, su origen, su identidad, y eran esclavos», relató.

Antes de finalizar y volver a la primera fila del auditorio de la Hemeroteca Nacional, Roisinblit sacó energía para arremeter contra los «resabios del Franquismo» que aún quedan en España y tienen contra las cuerdas a «su» juez Baltasar Garzón, que afronta tres querellas, una de ellas por investigar crímenes de la dictadura española.

«Abuelas le debemos mucho a Garzón y por eso nos hemos reunido un grupo (de entidades) de Derechos Humanos para presentar una querella para defenderle. Le estamos queriendo devolver lo que hizo por nosotras cuando estábamos bajo la dictadura» en Argentina.

Con la esperanza de que el magistrado «salga a flote», Roisinblit lanzó una última advertencia: «es muy difícil que hoy en día los militares quieran hacer un golpe de Estado en Argentina, porque están muy desprestigiados, pero si llegara a pasar, nosotras, las viejitas, y todos los organismos de derechos humanos saldríamos con palos a defender la Constitución».

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