La ayuda para mejorar el acceso al agua y el saneamiento disminuyó en la última década

La ayuda para mejorar el acceso al agua y el saneamiento disminuyó en la última década
. Agencia EFE

Ginebra, 21 abr (EFE)- La ayuda al desarrollo dirigida a proporcionar agua y saneamiento a 2.600 millones de personas que carecen de ellos ha disminuido en la última década, a pesar de que son factores clave para el progreso y la salud, según remarcaron hoy la OMS y Unicef.

En 2008, 2.600 millones de personas vivían en el mundo sin acceso a saneamiento adecuado, y 900 millones carecían de fuentes de agua potable, como señalan los datos de estos organismos difundidos el pasado mes de marzo.

Pese a esta realidad y de que la ayuda al desarrollo se ha incrementado en términos absolutos en la última década, los compromisos en relación con el agua y el saneamiento cayeron del 8 al 5 por ciento, según afirmaron hoy la OMS y Unicef al presentar un informe de seguimiento, la víspera de una conferencia de donantes en Washington.

«Por qué se mantiene esta situación tan insatisfactoria cuando los problemas asociados al mal saneamiento y al agua no potable se conocen desde hace tiempo y las soluciones parecen estar al alcance de la mano», señaló María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS.

Otro dato preocupante es que el gasto medio por gobierno dirigido a estas dos necesidades básicas es sólo del 0,48 por ciento del PIB, y únicamente se cumplieron el 42 por ciento de los compromisos de ayuda a los países en desarrollo en esta área.

La ONU considera que la situación es particularmente grave con respecto al saneamiento, dado que menos de la mitad de la población rural del mundo y sólo tres cuartas partes de los habitantes de las ciudades usan las instalaciones adecuadas.

«Sin invertir en el acceso al agua y en el saneamiento, los países van a perder la batalla contra la pobreza», señaló Neira, quien señaló que un mejor acceso al saneamiento y al agua potable produce beneficios de entre 3 y 34 dólares por cada dólar invertido, lo que llevaría a aumentar el PIB de un país entre el 2 y el 7 por ciento.

Neira dijo que será casi improbable cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio referente a saneamiento, en referencia a las metas establecidas por la ONU de mejora de los índices socio-económicos de la población mundial antes del 2015.

Pero el impacto es mayor, puesto que la falta de saneamiento o de acceso a agua potable influye negativamente en la salud.

Para los responsables del informe, no es sorprendente que la diarrea -causada en gran parte por agua no potable, un saneamiento inadecuado y una higiene insuficiente- sea la segunda enfermedad más extendida, por delante de las enfermedades cardiacas y el sida.

«La falta de agua, de saneamiento y de higiene se cobra las vidas de unos 2,2 millones de niños menores de cinco años cada año, y de ellos, se calcula que un millón y medio mueren debido a la diarrea». señaló Neira.

Para los menores de 15 años, la diarrea se combina además con el sida, la malaria o la tuberculosis.

El objetivo de este seguimiento del informe sobre agua y saneamiento es «hacer un llamamiento a los países donantes para que enfoquen o reorienten» sus ayudas a esos dos objetivos, dijo Neira.

«El beneficio es obvio, pues con un mejor acceso al agua potable y un saneamiento adecuado, habría menos diarreas, de ahí menos probabilidades de desnutrición y de otras enfermedades parasitarias», agregó.

La experta dijo que en el caso concreto del saneamiento hay un «factor cultural» que incide negativamente ya que «la comunidad, que siempre va a pedir agua para beber, con frecuencia no lo pide debido al contexto cultural».

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