Para Fuentes, la guerra contra el narcotráfico debe recaer en los servicios secretos

Para Fuentes, la guerra contra el narcotráfico debe recaer en los servicios secretos
. Agencia EFE

El escritor Carlos Fuentes acude al humor para reflejar en su nueva novela, «Adán en Edén», la corrupción que hay en México y la violencia que genera el narcotráfico, un problema que propone combatir con la colaboración de las policías secretas de la antigua Alemania Oriental, de Israel o de Francia.

«No hay otra manera de ganar la batalla contra el narcotráfico». Esas fuerzas especiales «se enfrentan a los criminales y actúan como criminales, cortan cabezas y son peores que ellos», dijo hoy Carlos Fuentes en una entrevista con Efe, en la que comentó las claves de esta novela, publicada por Alfaguara.

En ella combina la ficción y la crónica periodística, el horror y el humor.

Fuentes lleva más de cincuenta años reflexionando sobre la realidad mexicana en sus novelas, y «Adán en Edén» no es una excepción. En sus casi 180 páginas emergen con fuerza «los eternos ritos de la corrupción nacional», los juegos del poder, el narcotráfico y el contrabando de armas.

Y su forma de contarlo es a través del personaje de Adán Gorozpe, un abogado y empresario que «da el braguetazo» casándose con Priscilla Holguín, la hija del «Rey del Bizcocho», y que acaba siendo «más rico que su suegro».

En la vida de Gorozpe irrumpe Adán Góngora, responsable de la seguridad nacional, quien, para acabar con la violencia en México, se alía con los criminales y encarcela y mata a inocentes y a delincuentes de poco pelo «para justificar la acción policíaca».

Esa forma de actuar es similar a la de «los falsos positivos» de Colombia: «Matar a chicos inocentes de las barriadas o de donde sea con tal de conseguir el número de cadáveres que quieren tener cada día», explicó el autor de «Terra Nostra», cuyo rostro jovial y bronceado no refleja los 81 años que tiene.

Fuentes lleva a la ficción la que, en la vida real, cree que sería la mejor fórmula para acabar con el narcotráfico en México: contratar a «cuerpos de seguridad de la antigua Alemania Oriental, de Israel o de la ‘Sécurité’ francesa».

«La policía de México no puede hacer nada y el Ejército se resiste a combatir a los narcos, siente que no es su misión», afirmó Fuentes, quien es consciente de que su solución para combatir el narcotráfico «es muy dura» y choca con las prácticas democráticas.

Pero no ha «inventado» él la fórmula: «estos cuerpos de seguridad están actuando en todo el mundo, y lo hacen en secreto». «Son utilizados por los gobiernos porque son implacables y muy bien organizados, capaces de enfrentarse a esos criminales. Pero eso pasa en secreto, no compromete la soberanía del país donde actúan», agregó el escritor.

Y «otra manera» de acabar con el tráfico de droga, «un problema global en la era global», es «despenalizar su uso poco a poco, aceptándola como algo normal en la vida», una fórmula que Carlos Fuentes viene proponiendo desde hace tiempo y en la que coincide con políticos iberoamericanos como «Ernesto Zedillo, Fernando Enrique Cardoso y Carlos Gaviria».

El protagonista de «Adán en Edén» busca su paraíso particular en la tierra, y en parte lo encuentra en «Ele», su amante. La relación secreta de la pareja es, para el autor, «la esencia de la novela. De ahí surge todo lo demás».

Gorozpe lleva una doble vida y mantiene el matrimonio con su mujer, aunque Priscilla es más bien boba y atolondrada y no le satisface en ningún aspecto.

Pero es difícil alcanzar el paraíso cuando se vive en un país como México, y más «ahora que la Iglesia Católica ha eliminado el limbo que es donde hubiéramos ido nosotros antes», bromeó Fuentes, en cuya nueva novela la religión juega un papel destacado.

«En México desempeña ese papel porque, finalmente, a medida que se pierde la confianza en las instituciones, en la política, en los partidos, lo que queda es la fe religiosa», añadió el escritor, para recordar que, en su país, «la Virgen de Guadalupe es sagrada» y por eso surgen personajes como el que ilustra la portada de la novela: un niño Dios con alas que «predica a las multitudes» y les lleva «un mensaje religioso».

Con el excelente humor que impregna «Adán en Edén», Fuentes habla también de la importancia que las telenovelas están adquiriendo en Latinoamérica, y para ello recupera a Rodrigo Pola, un personaje de «La región más transparente» que ahora se ha convertido en magnate de la televisión.

«Arturo Fontaine, novelista chileno, espera un Cervantes de la telenovela que la rescate de la mediocridad y la convierta en un arte, como pasó con Cervantes, que tomó las novelas de caballería y las convirtió en otra cosa».

«La telenovela adormece a la gente y llena a veces su vida», concluyó Fuentes.

Mercedes Bermejo y Ana Mendoza

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