Unos US$7.000 millones del contribuyente estadounidense han ido a parar a elementos militares y operativos contra las drogas en Colombia desde 1999
Mientras Colombia se prepara para elegir a un nuevo presidente en una segunda ronda, el 20 de junio, BBC Mundo examina el efecto que ha tenido el Plan Colombia en la lucha contra el narcotráfico y qué futuro tiene la iniciativa estadounidense.
Para alguien como el director de la Policía Nacional colombiana, el general Oscar Naranjo, Colombia puede mostrar un gran logro en la mayor reducción en cultivos de coca en una década.
De acuerdo con el informe preliminar de Naciones Unidas, este año hay 9.680 kilómetros cuadrados en cultivos de coca en Colombia.
«Gracias al Plan Colombia y nuestras fuerzas de seguridad de la policía nacional, es apenas un tercio de lo que había en 1999, 1998, 1997»
Sin embargo, hay críticos que muestran su abierto desacuerdo frente a esta batalla que el gobierno dice estar ganando y que está financiada fuertemente por Estados Unidos a través del su controvertido programa de ayuda militar.
El principal argumento afirma que cualquier reducción en la producción de cocaína ha sido, en el mejor de los casos, un éxito temporal, y que el Plan Colombia ha servido para empujar el problema más allá de las fronteras colombianas.
En tal línea se enmarca la crítica de la doctora Arlene Ticker, de la Universidad de los Andes, en Bogotá.
«Como política hacia las drogas, creo que el Plan Colombia ha sido un fracaso relativo.»
«Si miramos hacia la región andina, veremos que las cosechas de coca son del mismo tamaño que en el año 2000 y que el potencial de producción de cocaína de esas cosechas es también el mismo».
¿Cambio de dirección?
Para el embajador Brownfield, el Plan Colombia ha cumplido con lo que se esperaba de él.
Para otros críticos, parece existir un lento reconocimiento por parte de Washington de que es tiempo de efectuar algunos cambios.
Cuando se le preguntó al embajador estadounidense en Bogotá, William Brownfield, si el Plan Colombia seguiría siendo una parte fundamental de la política contra las drogas de Estados Unidos en Latinoamérica, éste respondió que el Plan Colombia no estaba «escrito en el mármol».
Unos US$7.000 millones del contribuyente estadounidense han ido a parar a elementos militares y operativos contra las drogas en Colombia desde 1999.
De aquí que se estime que la mayoría demócrata en el Congreso y el gobierno de Barak Obama desean reducir esta ayuda militar y trasladar el énfasis a la asistencia socioeconómica.
El embajador Brownfield afirma que el Plan Colombia ha respondido a las expectativas
«En 1998, preveíamos empezar con mucho dinero e ir reduciéndolo gradualmente con el tiempo. Eso es lo que ha pasado. Aunque, claro, hubo algunos accidentes en el camino.»
Sin embargo, organizaciones de activistas de los derechos humanos afirman que algunos de esos «accidentes en el camino» involucran graves crímenes de guerra perpetrados por los militares colombianos.
Lo más notorio ha sido el escándalo de los «falsos positivos», en el cual militares colombianos asesinaron a víctimas inocentes, raptadas en los barrios pobres de Bogotá, a quienes vistieron como guerrilleros de izquierda para atribuirse victorias en la guerra contra las drogas.
«Medidas drásticas»
El candidato que lleva la ventaja en la carrera presidencial es el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos.
Santos dice que su actitud para afrontar el problema de los «falsos positivos» es una de las razones que explican que el electorado lo favoreciera con su voto en la primera vuelta.
«Tomamos todas las medidas drásticas posibles, con total decisión y transparencia. Y con total eficiencia, puesto que, desde noviembre de 2008, cuando enfrenté a los involucrados, los informes sobre ‘falsos positivos’ han disminuido extraordinariamente», dijo.
El futuro
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, estuvo en Colombia hace unos días, donde participó en conversaciones con el presidente saliente, Álvaro Uribe, y con Juan Manuel Santos, a quien muchos sindican como el candidato favorito de Washington, dada su promesa de continuar con las actuales políticas de seguridad nacional.
Sin embargo, Clinton también se reunió con el candidato del Partido Verde, Antanas Mockus, quien confía en causar un vuelco inesperado en el resultado de la segunda vuelta presidencial.
«El Plan Colombia ya ha experimentado algunos cambios. El cambio en la política del presidente Obama va en la misma dirección que la mía… se trata de perseguir a los grandes protagonistas del comercio de droga y, desde mi lado, trabajar más estrechamente con los pequeños cultivadores de coca», dijo Mockus.
Clinton les aseguró a los colombianos que, salga elegido el que saliere, la relación de seguridad con Washington permanecería inalterada.