Un vigilante de seguridad, de 36 años de edad, que trabaja en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Pío XII de Sevilla fue apuñalado en el corazón en la madrugada del viernes al sábado por dos individuos a los que sorprendió robando en el centro mientras hacía su ronda nocturna habitual junto con otro compañero.
Así, según confirmaron a Europa Press fuentes de la Policía Nacional, el vigilante recibió una agresión supuestamente con arma blanca por parte de uno de los presuntos ladrones. Tras ello, su compañero le salvó la vida al trasladarlo al Hospital Virgen Macarena, donde continúa ingresado en estado grave.
Respecto al presunto agresor y acompañante, ambos huyeron del lugar con una cantidad de dinero aún no precisada. La Policía Nacional que se ha hecho cargo de la investigación desconoce sus identidades.
En declaraciones a Europa Press Televisión, una vecina de la zona, Francisca, explicó que al volver a su vivienda «de madrugada, sobre la 1,00 horas» se percató de la presencia policial en la zona, a lo que sumó que se debía a que dos individuos habían entrado en el colegio a robar.
En este sentido, añadió que estos delincuentes abordaron al «guardia jurado» que estaba haciendo «una ronda» por seguridad, «aunque no habían sonado las alarmas del centro», y le propinaron «una cuchillada». No obstante, indicó que a su llegada a la barriada sevillana el vigilante ya había sido trasladado a un centro hospitalario.
Al hilo, aseguró que «nunca» habían entrado en este centro educativo, si bien manifestó, según le comentaron los compañeros de seguridad del agredido en el momento del robo, «igual ahora les había dado por buscar la caja fuerte del colegio, aunque éste no tiene».
Sobre las medidas de seguridad, aseveró que el centro «tiene alarmas» aunque en el momento del robo «no habían saltado». Además, según le comentó la «portera» del centro, que se encontraba en el lugar de los hechos junto a los agentes «recogiendo pruebas» de la agresión, «no sabía por dónde habían entrado» porque la puerta no estaba forzada «ni había cristales rotos» en el suelo.