Fariñas, un psicólogo de 48 años, comenzó su ayuno el 24 de febrero para pedir la liberación de disidentes presos enfermos
El estado de salud del disidente cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre desde hace más de cuatro meses, empeoró en los últimos días, dijeron ayer fuentes familiares y médicas.
Fariñas, un psicólogo de 48 años, comenzó su ayuno el 24 de febrero para pedir la liberación de disidentes presos enfermos.
Ismel Iglesias, el médico que lo atiende desde el inicio de la huelga, dijo que Fariñas presentó en los últimos días fiebre y un coágulo cerca de la yugular.
«Su estado general es muy malo. De ocurrir un desprendimiento del coágulo puede haber una trombosis y fallecer», dijo Iglesias citado por la agencia Reuters.
Alicia Hernández, la madre de Fariñas, dijo por su parte que lo ve «muy mal y decaído, deteriorado, con muchos dolores articulares».
Fariñas está internado desde marzo en un hospital público de Santa Clara, 270 kilómetros al este de La Habana, donde le han suministrado líquidos y alimentos por vía intravenosa.
El presidente cubano, Raúl Castro, calificó la huelga de hambre como un «chantaje inaceptable». El gobierno de Cuba, dijo Castro, está haciendo lo posible por salvarle la vida, pero no será responsable de su muerte.
Cuba ha sido objeto de críticas internacionales por el trato que da a los opositores presos después de la muerte en febrero de Orlando Zapata, quien estaba en huelga de hambre.
El corresponsal de la BBC en La Habana, Michael Voss, recordó que el tema de los disidentes presos fue analizado en mayo durante una reunión de cuatro horas entre el presidente de Cuba, Raúl Castro, el cardenal Jaime Ortega y el arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García.
A raíz de ese encuentro, las autoridades cubanas liberaron al disidente enfermo Ariel Sigler Amaya y autorizaron la transferencia de otros seis presos a cárceles de sus provincias de residencia.